Literatura

Literatura

Existe un límite

La Razón
La RazónLa Razón

Un sugerente paralelismo entre la (imposible) escritura del poema definitivo y la muerte traza Urrutia en esta «ciudad prohibida», en cuyo umbral los poemas son planos para el asedio y «ruina melancólica». Ordenado en «tramos», que dan cuenta de la zozobra de la obra en construcción, el poemario es un testamento poético. «Borrador de sí mismo y del recuerdo anuncio. / Viajero condenado a un transcurrir continuo. / Trayecto, trazo, vuelo, travesía y naufragio». A través de una intertextualidad con autores predilectos, Urrutia reflexiona sobre los límites del conocimiento poético y denuncia imposturas narcisistas.

«¿Por qué esa obsesión con que el poema debe centrarse en el poeta?», dice, para reivindicar la fragmentación del «punto de vista» y la eminencia reflexiva de la poesía. Su «optimismo dolorido» y lucidez no son ajenos al desfase entre el saber y el goce en que sitúa Lacan el impulso poético; ni a su definición de la poesía como «la boda taciturna entre la vida vacía y el objeto indescifrable». «Sólo pudo escribir de la desesperanza, de la posible imposibilidad de lo posible», dice Urrutia, para agregar que el poeta «busca lo que contiene una caja vacía». No hay nadie, pues, entre los espejos enfrentados del poema. Cuando «el mundo siempre acoge y ofrece su vacío» se trata de «levantar las columnas del refugio» de esa ciudad vedada, ya que «sólo lo vertical ordena el tiempo».


«Ocupación de la ciudad prohibida»
Jorge Urrutia
Calambur
125 páginas. 13 euros.