Referéndum diabólico por Josep Maria Rañé

Ya se sabe: ¡Los referéndums los carga el diablo! George Papandreu ha anunciado que planteará un referéndum impulsado por el síndrome de bocadillo, es decir, emparedado entre sus conciudadanos, sufridores de la crisis, y los «Merkosy» (Merkel y Sarkozy) de la zona euro, portavoces de las demandas de los mercados.

Pretende saber si los griegos aceptan lo que el pasado fin de semana negoció como precio para el rescate de la falseada y maltrecha economía que le dejaron sus actuales opositores de derechas y que ahora le niegan el pan y la sal.

Con su decisión Papandreu pone a los griegos ante el espejo. Les obliga a definirse y abandonar la idea de que son los dirigentes los que imponen graciosamente las duras condiciones para ser ellos los que democráticamente las asuman, o no.

Esa es la grandeza de la democracia y también su riesgo, pues si el resultado es negativo abrirá dos crisis: una política en Grecia (la lógica dice que debería dimitir), y otra económica en la zona euro de consecuencias desconocidas.

La histérica reacción de los mercados refleja que aquellos que el sábado celebraban las condiciones impuestas a Grecia, hoy dudan que las personas que las han de soportan puedan aceptarlas ¿No hubiera sido más razonable que antes moderaran sus ansias de hipotéticas ganancias a corto plazo e hicieran planteamientos menos egoístas?

Pese a los riesgos, además del ejercicio democrático, esta prueba generará un precedente en Europa sobre la posibilidad de embridar democráticamente a los mercados.