Barcelona reivindica su derecho a seguir viendo corridas de toros

El ambiente fue de lujo en La Monumental de Barcelona para la que, de cumplirse la ley abolicionista aprobada por el Parlamento catalán en julio de 2010, sería la última corrida que se celebra en el coso. Un ambiente único y especial que la pertinaz lluvia matinal no fue capaz de apagar. En sus localidades, aficionados llegados de todos los rincones de España destacando por su gran pancarta solidaria con la afición local los aficionados llegados desde el País Vasco: «El Club Cocherito y Bilbao, con la afición catalana». En los aledaños, primero, y en el tendido, después, taurinos llegados desde Milán (Italia), Hamburgo (Alemania) y, por supuesto, la vecina Francia. Tampoco faltaron rostros conocidos como el diputado del Partido Popular Pío García-Escudero o el maestro colombiano César Rincón. Cerca de él, uno de los grandes protagonistas de esta tarde, Serafín Marín, torero local, también estuvo presente en la plaza horas antes de estoquear el último toro de La Monumental. Todos ellos encontraron en sus respectivos asientos un pliego con el que impulsar la Iniciativa Legislativa Popular protaurina en esta recta final de la temporada. Los acordes del himno catalán «Els Segadors» precedieron un paseíllo que fue coreado por el público entre gritos de «Libertad, libertad, libertad». A su término, matadores y subalternos –incluidos los de a caballo– fueron invitados a salir al ruedo para recibir una enorme y cálida ovación. «Cataluña es taurina» fue otra de las consignas sonoramente gritadas por el público a lo largo del festejo. Una tarde sin precedentes que se vio reflejada en la masiva presencia de los medios de comunicación para cubrir este penúltimo festejo de la historia de La Monumental. Entre ellos, llamó la atención la presencia de la cadena árabe Al-Jazeera, interesada en cubrir las imágenes de la corrida, así como varios canales de Estados Unidos. Tarde reivindicativa que sirvió para que unos cuantos miles de barceloneses vivieran, no sin una acentuada pasión, una tarde de toros mayúscula en el día señalado de su Santa Patrona la Virgen de Nuestra Señora de La Merced.