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La guerra del fútbol por Martín Prieto

La Razón
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Cuando unos «sportmen» ingleses decidieron revolucionar el «rugby» prohibiendo que los jugadores tocaran la pelota con las manos ignoraban que estaban inventando un juego con adherencias militares imaginarias. Peor que el boxeo para las pasiones inconscientes. No sé si en Barcelona el partido con el Real Madrid ha terminado a bofetadas ultranacionalistas pero me acuerdo que Honduras y El Salvador en 1969 se declararon la guerra por el resultado de un encuentro de fútbol aunque de entre tantos muertos no sé si también se encontraba el árbitro. No fue un choque bananero porque las hostilidades con artillería pesada hasta 1976 (siete años, más que la Guerra de Sucesión entre Austrias y Borbones) en que la OEA impuso la paz bajo amenaza de una intervención mesoamericana. Duran Lleida (oscense), tan católico, desoye a la Jerarquía y compara Cataluña con nuestras colonias en Asia y América como si Arturo Mas fuera José Rizal o José Martí y Unió Democrática de Catalunya una tropa de mambises luchando en la manigua contra los españoles y la malaria. Flaco favor se hacen a sí mismos los de la estelada si se consideran una colonia y a los charnegos como la negrada llevada por Madrid en una extravagante versión de la trata. Otro que no ha leído a Flaubert: «La obligación de vivir en un rincón de tierra marcada con rojo o azul sobre el mapa y detestar por ello los otros rincones que aparecen de color verde o negro, me ha parecido siempre algo mezquino y limitado de una estupidez acabada». Toda la bibliografía sobre los desmayos y vahídos socialistas coincide en que Carmen Chacón fue ministra de Defensa en una sobremesa entre su marido y José Blanco. Zapatero no se resistió a que una chica embarazada pasara revista a las tropas y volando a Afganistán con el tocólogo de guardia, cosa que no le ocurre a Morenés. La feliz madre propone un federalismo asimétrico sin conocer la geometría de Euclides. ¿La asimetría que une constitucionalmente Estados como Arkansas y California? Mejor nos lo jugamos al partido de fútbol.