Interior cesa al jefe de Policía del País Vasco tras el «caso Faisán»

MADRID-El ministro del Interior, Jorge Fernández, nombró ayer a los comisarios que integran la nueva cúpula del Cuerpo Nacional de Policía, de los que se destaca su experiencia y alto nivel de profesionalidad, según fuentes consultadas por LA RAZÓN. La renovación, habitual cuando un nuevo partido accede al Gobierno, se ha hecho coincidir con el cese de Enrique Pamies, como jefe superior de Policía del País Vasco, que ha sido sustituido por Fernando Amo que, hasta ahora, ocupaba el puesto de comisario provincial en Guipúzcoa. Este agente ha desarrollado prácticamente toda su actividad en la comunidad autónoma vasca, cuya singularidad y problemas conoce a la perfección.

Pamies ha estado durante los últimos años en el «ojo del huracán», al haber sido imputado en relación con un supuesto «chivatazo» a ETA. Su carrera profesional, y su vida familiar, se han visto seriamente afectadas por estas circunstancias. Su cese se produce después de que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional revocara su procesamiento. Desde que salió de la Academia, ha dedicado su vida a la lucha contra ETA y su entramado, en la que ha cosechado importantes éxitos.

El nuevo Director de Apoyo Operativo (DAO) es Eugenio Pino, que ha ocupado puestos de analista en la Comisaría General de Información y fue jefe de las Unidades de Intervención. Al llegar el PSOE al poder, fue enviado a la comisaría de Huesca y, con posterioridad, regresó a Madrid para ocupar un puesto en la Dirección de la Policía. Se trata de un profesional muy apreciado por sus compañeros y subordinados.

«Kale borroka»
Enrique Barón Crespo es el nuevo comisario general de Información, materia en la que cuenta con gran experiencia por haber sido jefe superior de Policía en el País Vasco y comisario de Información en Navarra, donde dirigió numerosas operaciones que supusieron el comienzo del fin del terrorismo callejero, conocido como «kale borroka». Ha sido también jefe superior en Madrid y, en la actualidad, ocupaba el puesto de director de Seguridad e Interior en la Comunidad que preside Esperanza Aguirre.

Entre los nuevos cargos se encuentra también el nuevo jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso José Fernández Díez, quien fuera responsable de Información de la Jefatura Superior de Policía del País Vasco desde julio de 1995 hasta septiembre de 1996. Después, asumió la dirección de la Jefatura Superior de Policía de Navarra hasta octubre de 2003; y la Jefatura Superior de Policía de Castilla y León, hasta julio de 2004. Ha sido también jefe de la Policía Foral de Navarra.

A sus 51 años, la valenciana Pilar Allué sigue abriendo caminos al avance de la mujer en el Cuerpo Nacional de Policía, al convertirse en la primera comisaria en hacerse cargo de la Policía Científica. Ya fue la primera mujer en ascender a inspectora superior, en el año 1991, y en alcanzar el rango de comisaria, en 1997. Diez años más tarde, se convirtió también en la primera agente en hacerse cargo de una jefatura superior, al ponerse en 2007 al frente de la Policía en Cantabria.

El resto del staff del Cuerpo Nacional de Policía lo completan los otros miembros de la Junta de Gobierno, entre ellos los subdirectores, los otros comisarios generales, unidad de Coordinación y jefes de División.

El asesino de Buesa, a una cárcel más lejana
La respuesta del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy a la exigencia de la izquierda abertzale y de la propia banda terrorista, que piden casi a diario el acercamiento de presos de ETA, no se ha hecho esperar. Y ante la reivindicación abertzale en la manifestación del sábado en Bilbao o del diputado de Amaiur Xabiel Mikel Errekondo, el Ejecutivo, lejos de plegarse ante tales peticiones, ha dado la primera muestra de todo lo contrario. El Ministerio del Interior ha trasladado de Asturias a Galicia al etarra Luis Mariñelarena Garziandia, condenado a más de 122 años de cárcel por, entre otros, el asesinato del portavoz socialista en el Parlamento Vasco, Fernando Buesa. ¿El motivo? No dar muestras de arrepentimiento ni distanciarse de ETA.