Música

Nueva York

«Salgo como un toro en la plaza»

Los espectadores del Palau de les Arts de Valencia pueden disfrutar de la voz y la presencia del tenor italiano Vittorio Grigolo, que interpreta estos días al caballero Des Grieux en «Manon», de Jules Massenet.

 
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Grigolo, uno de los más destacados de su generación, ha triunfado en Londres y Nueva York y acaba de presentar un nuevo disco, «The Italian Tenor», en el que seduce con elegancia cantando arias de Puccini, Verdi y Donizetti. Apodado cuando era niño el «Pavarottino», comparte con el gran maestro la facilidad para conectar con el público y desbordar las fronteras de la ópera.

-¿Supone mucha responsabilidad que fuera el propio Pavarotti quien le diera ese nombre?

-Más que responsabilidad, es una ilusión. Cuando eres un niño y te hacen un comentario así te produce mucha alegría. Hoy la situación ha cambiado.

-En los últimos años se habla mucho de los nuevos tenores y de quién puede ocupar el hueco de Pavarotti. ¿Se considera un aspirante?

-No creo que sea un desafío. Lo que debo hacer es desarrollar lo que amo, que es mi música. No siento ninguna presión. No debo tomar el puesto de nadie. Es como si en la Fórmula-1 Schumacher hubiese intentado competir con Senna pese a los años que los separaban. Pavarotti tiene un lugar que nadie podrá tocar. Cada uno debemos hacernos nuestro propio espacio con sabiduría, empeño y gran sacrificio.

-¿Considera que hoy se exige a los cantantes líricos que cuiden demasiado su aspecto físico, incluso en detrimento de la voz?

-Obviamente, todo está relacionado. El aspecto es importante para un personaje. El tener un físico justo para interpretar un determinado personaje es algo comprensible. Ver un Romeo de 200 kilos resulta, tal vez, algo chocante, igual que ocurriría al ver a uno delgado en «Pagliacci». Cada papel tiene su propio físico.

-¿Le gustaría que los espectadores de ópera reaccionasen como lo hacen los de un concierto de rock?
-La relación con el público no cambia de la noche al día. Me gustan los gritos y los aplausos. Siempre pongo la mano en la oreja para mostrarle al público que no le oigo lo suficiente.

-¿Cómo es su relación con el público español?

-Adoro España. Siempre digo que soy como un gladiador en la arena, pero en España soy más un toro en la plaza. El torero es el público, que si no aplaude y no está contento es como si te clavara la espada. El toro da espectáculo. Es la primera vez que voy a cantar en Valencia y me siento como en casa. Creo que «Manon» es muy buen título para debutar en esta plaza.


Detrás de un disco clásico
Grigolo afronta la treintena a la carrera. Ha pasado de ser promesa a convertirse en una apuesta segura. Desde que publicó «The Italian Tenor» no para. «Lo importante para mí es expresar algo cuando soy capaz de darlo todo. Antes me habían hecho ofertas para discos clásicos, pero no me sentía preparado. Ahora que he madurado puedo hacerlo. Sería de una elección de arias no demasiado comerciales y que se adaptan a lo que yo hago. Son mi tarjeta de visita», asegura.