Bildu
Tres meses hablando de ellos
El partido gobernante lo ha conseguido. Llevamos tres meses hablando de Sortu y Bildu. Cuando no era Rubalcaba el que creaba polémica, la creaban Egiguren o López diciendo algo que nos inquietara.
Cuesta creer que las cosas no podían haber sido de otro modo, sin esas incertidumbres ni esas tensiones absolutamente artificiales. Cuesta creer que no haya habido una intención de distraer y dividir a la oposición en todo este culebrón de «¿logrará ETA o no logrará burlar la legalidad?; ¡no se pierdan el próximo episodio!»
La sentencia de ayer es una gran noticia pero verán cómo no se acaba la tensión hasta el mismo 22 de mayo. No les ayudemos a lograr el objetivo que buscan: dividirnos, que discutamos y nos acusemos unos a otros de duros o blandos. El PP ha hecho lo que debía. Ha visto grietas por donde ETA podía colarse y las ha señalado.
Pidió la impugnación total de las listas previendo la resistencia de los jueces a una impugnación de la propia coalición, pero también estaba dispuesto a ésta si era preciso y para agotar todos los recursos a su alcance. De hecho, la impugnación de listas y agrupaciones reclamada por la Fiscalía del Estado ya contenía el argumento descalificador de toda la marca al acusarla explícitamente de ser «fruto de una estrategia paralelamente diseñada por ETA y Batasuna».
Con dicho argumento, lo tenía difícil el Supremo y lo tiene difícil ahora el Constitucional para repetir una operación semejante a la que dejó colarse a ANV en las pasadas municipales. Con ese argumento y sin aquella estrategia selectiva del Gobierno de solicitar sólo la impugnación de ciertas listas y no de todas. La situación no era la de hace cuatro años.
Hay que celebrar la sentencia de ayer, pero cuesta creer que, detrás de todo este ruido mediático-jurídico no haya habido una voluntad que trataba de hacernos olvidar el fenómeno –también «terrorista»– que, según las encuestas, nos preocupa a los españoles más aún que Sortu y Bildu: el «Paru».
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