Albacete
El país de las maravillas por José María Aznar Botella
El año pasado durante una charla en Murcia, mis anfitriones me pidieron que les diese mi visión sobre los mercados. Yo les expliqué que no había llegado hasta allí en avión privado, sino en taxi desde Albacete y que poco valor tendrían mis recomendaciones. Aun así me pidieron que me mojase como lo hace ahora mi minúsculo grupo de lectores en el comienzo de año. Si bien no tengo ni idea de dónde acabarán los índices a final de 2012, sí que apostaré por que entonces será Estados Unidos y no Europa el que domine la preocupación de los mercados.
Con esto no quiero decir que el encaje de bolillos de Merkel vaya a funcionar, seguiremos teniendo muchos problemas en la eurozona, pero si algo hay que reconocer a la canciller es su voluntad de confrontar nuestros problemas, algo que no sucede en Estados Unidos.
Allí ha tenido que ser esta semana en donde el debate político haya tocado un fondo histórico. En medio de una crisis fiscal sin precedentes, el Camarada Obama, en su discurso sobre el estado de la Unión, desveló su estrategia para la reelección: la guerra de clases. Ni una mención a una Seguridad Social que se encamina a la quiebra en una década; el problema de Estados Unidos es la opresión de la clase trabajadora por el hombre rico. ¿Les suena? A Newt Gingrich también.
Es insólito, pero el candidato republicano que lidera ahora las encuestas lo hace utilizando una retórica sobre la guerra de clases muy similar a la de Barack Obama. Eso sí, lo hace mientras propone que las rentas del capital bajen al 0%. Así está el patio americano, el verdadero país de las maravillas en el que, con un déficit del 10%, unos hablan de cómo gastar más y otros de cómo bajar los impuestos.
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