Operación Policial
Fingir o no fingir por Marina CASTAÑO
Vuelve a hablarse del tema, vuelven a hacerse estudios y crece el porcentaje, que cada vez es más alto, de mujeres que fingen en la cama, pero ¿qué motivos inducen a este comportamiento? Pues para aumentar la autoestima de su pareja y para estimular y mejorar la actuación del hombre, según los estudiosos de la Universidad de Leeds en colaboración con la de Lancashire. Los sonidos emitidos van desde los gemidos hasta los chillidos, desde los quejidos hasta los pequeños gritos, intercalados con palabras de instrucción como «si» y «más», dependiendo de la etapa del acto sexual. En general se usan estas vocalizaciones en un cincuenta por ciento de las veces que no pueden alcanzar el orgasmo y lo hacen para acelerar el proceso porque sienten cansancio, aburrimiento, dolor...
En definitiva, que no se encuentran satisfechas y desean terminar de una vez. Incluso en este análisis se pone de relieve que es frecuente que las mujeres alcancen el orgasmo en el momento previo al acto y no necesariamente durante el mismo. Los resultados de esta investigación realizada entre 71 féminas en edades que oscilan entre los veinte y los cincuenta años no dejan de ser sorprendentes: el 92 por ciento engañó con el fin de apoyar el ego de su partenaire y hacerle sentir más confianza en su actuación sexual. El 66 por ciento admitió hacer uso de gemidos y susurros para acelerar el proceso de eyaculación de su hombre y el 79 por ciento gritó para fingir un orgasmo. Ante semejante estadística, ¿quién se va a creer un auténtico éxtasis?
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