China

La nueva revolución china

En España viven más de 166.000 chinos, lo que les convierte en una de las poblaciones inmigrantes más numerosas del país. La afluencia a la península comenzó en los años 70, lo que explica en gran medida su elevado número.

048nac22fot1
048nac22fot1larazon

Los chinos de primera generación apostaron por abrir pequeños comercios como tiendas de alimentación y locales dedicados a la hostelería. Sin embargo, sus hijos, más asentados e integrados en la sociedad española, optan otros caminos. Es el caso de Yishu Wu. Llegó a España con diez años y ahora, a sus 26 primaveras, recuerda que su adaptación fue rápida: «los niños pequeños no suelen tener muchos problemas porque son esponjas y tienen mucha agilidad mental que les permiten integrarse con soltura», admite.

Yishu Wu se ha empapado de nuestra cultura, lo que equivale a tener un pensamiento más europeo que el resto de compatriotas. «Hemos crecido aquí y nuestra mentalidad es distinta a la de nuestros padres. Estamos más abiertos a los cambios», comenta. A pesar de ello, confiesa que mantiene algunos valores tradicionales de China como el respeto a los padres y la ayuda a la familia.

Vocación emprendedora
Sus padres montaron un restaurante en el que echa una mano por las noches. «Los chinos tenemos vocación emprendedora, por eso montamos negocios», argumenta. Y es que, como explica el sociólogo Carlos Prats, «en la cultura china el trabajo es algo sagrado, su vida se basa en él porque lo consideran una virtud». Licenciado en Derecho, Yishu Wu está estudiando Empresariales, dos carreras fundamentales y complementarias para sus planes de futuro. «Quiero ejercer de abogado. Saber chino te abre el mercado porque no hay muchos letrados aquí que sean chinos», sentencia.

La que sí ejerce ya la abogacía es Xuan Wu, que se decantó por esa carrera para entender la jerga jurídica que tantas veces había tenido que traducir a sus padres: «Cuando estaba en el instituto mis padres me traían a mí los papeles del Ayuntamiento y del juzgado para que se lo tradujese, pero no entendía nada». Xuan, de 24 años, suma ya dos décadas en España. Trabaja para Uría Menéndez, que acaba de ser galardonada con el premio al mejor despacho de abogados del año en España. Su integración en la cultura y sociedad española es total.

Quizá por eso no piensa volver a su país natal como lo están haciendo numerosos chinos de segunda generación, alentados por el «boom» económico y comercial que ha experimentado el gigante asiático. «Mi vida está aquí», afirma con rotundidad, aunque deja la puerta abierta a una hipotética vuelta a su país, por exigencias laborales: «Sólo me planteo ir con la empresa».
Xuan, aunque española de adopción, no olvida sus raíces. Cada vez que hace mención a sus padres, la invade un gran respeto y admiración. Para ella, una de las razones que explican la fama de trabajadores de los chinos es que buscan el mayor bienestar de sus hijos: «Nuestros padres vinieron para que vivamos bien. Por eso son muy insistentes en que estudiemos».

Más competitivos
La historia de Yishu Shun es bastante distinta, pues apenas lleva dos años y medio en España y su idea es regresar. ¿Por qué está aquí? Se hizo con una beca en una de las principales empresas de telecomunicaciones asiáticas a nivel mundial. Y aunque afirma sentirse cómoda entre nosotros, sí detalla importantes diferencias entre la juventud española y la china: «La cultura de aquí es mucho más alegre y hay más libertad». Sin embargo, la principal similitud que encuentra es que «los jóvenes en España sólo piensan en disfrutar el día a día, en cambio nosotros, los chinos, somos más precavidos». Además, coincide en la importancia que dan a la preparación académica a todos los niveles. «En China hay una gran competencia, por eso la preparación es fundamental», concluye.

Xuan Wu (24 años), abogada
El hecho de no entender los textos jurídicos cuando su padre se los entregaba de pequeña para que se los tradujese, la llevó a estudiar Derecho. Ahora trabaja en la firma Uría Menéndez, una de las más importantes de España y que acaba de ser galardonada con el premio al mejor despacho de abogados. Xuan no tiene intención de volver a su país natal, salvo por motivos laborales.

Yishu Wu (26 años), Licenciado en Derecho
Es el fiel reflejo del joven chino de la segunda generación de inmigrantes. Sus padres, que regentan un restaurante, insistieron en que apostara por una formación sólida. De ahí que esté manos a la obra para sacarse una segunda carrera: Empresariales.

Yishu Shun (27 años), filóloga
Es licenciada en Filología Hispánica e Inglesa. Tras recorrerse varios países ha desembarcado en España para perfeccionar su español. Tiene una beca en Huawei, una multinacional china de telecomunicaciones que tiene una filial en Madrid.