Italia
Gadafi rechaza la oferta de alto el fuego de los rebeldes libios
La OTAN reduce los ataques aéreos por falta de visibilidad. Se estancan los frentes en tierra. Investigan la muerte de siete civiles en Brega a consecuencia de un bombardeo > La artillería de Gadafi ataca Misrata> Los aviones de la OTAN han efectuado ya 178 salidas operativas sobre Libia> Al menos 400 desaparecidos desde el comienzo del conflicto
El mal tiempo y la lluvia impidieron que millares de personas se reunieran ayer para ofrecer sus oraciones a los mártires y la revolución. Tras la oración, enarbolando banderas con los colores rojo, negro y verde de la nueva Libia, o estadounidenses, francesas y qataríes, miles de personas gritaban consignas como: «No hay Al Qaida ni terroristas, sólo jóvenes». Entre los líderes que participaron en los discursos revolucionarios se encontraba el jefe de la tribu independentista de los Banu, del Frente de Liberación de Kufa, que fue vitoreado tras anunciar que su clan se unía a los rebeldes. Las voces de los manifestantes de la plaza de Al Mahkama no levantaron los ánimos en la Libia libre ni silenciaron la artillería gadafista que cayó sobre el campo de batalla. Mejor organizados que antes, los rebeldes se defendieron con fiereza desesperada sin conseguir repeler el avance de las tropas gubernamentales que se acercan peligrosamente a Ajdabiya.
Ayer las fuerzas rebeldes se emplearon a fondo, y contraatacaron al enemigo con armamento más sofisticado, pero no fue suficiente. Los gadafistas devolvieron el envite con artillería, morteros, cohetes y carros de combate. Los rebeldes esperaron como agua de mayo los bombardeos de los aviones de la coalición internacional, pero debido al mal tiempo «se redujeron» los ataques aéreos por falta de visibilidad, o eso al menos es lo que explicó ayer el portavoz del Pentágono, Mike Mullen. Aún no esta claro si la aviación internacional fue la que causó la muerte de siete miembros de una misma familia en Brega en la noche del miércoles. Fuentes médicas confirmaron a LA RAZON que recibieron los cuerpos sin vida de siete civiles, incluidas varias niñas, pero que «no estaban seguros de si murieron a consecuencia de los bombardeos aliados o de la artillería gubernamental».
Leales y detractores de Gadafi están atrapados en una espiral sin salida. El campo de batalla ha pasado a un segundo plano y ahora el futuro de Libia se juega en el tablero internacional. Razón de más para la visita de ayer a Bengasi del enviado especial de la ONU a Libia, Abdelilah el Jatib.
El diplomático jordano se reunió con el jefe del Consejo Nacional Transitorio libio, Mustafa Abdel Jalil. En rueda de prensa conjunta, el líder rebelde abrió la posibilidad de aceptar un alto el fuego «bajo condiciones», que incluiría la retirada de ciudades del este del país que permanecen sitiadas por las tropas gadafistas. Abdel Jalil pidió también la salida inmediata de los mercenarios africanos del país cuando entre en vigor la tregua.
Todas las condiciones fueron rechazadas por Gadafi. El portavoz del régimen, Musa Ibrahim, calificó los requisitos de los rebeldes de «locura». «Nos piden que nos retiremos de nuestras propias ciudades. No abandonaremos», aseguró Ibrahim.
Asimismo, Abdel Jalil insistió en armar a los rebeldes si las fuerzas del coronel, mejor equipadas, no dejan de atacar a civiles. Por el momento esa petición sigue en punto muerto, pues muchos de los miembros del Consejo tienen reservas sobre la idea de armar a los milicianos.
Los españoles
19 patrullas
han realizado hasta ahora los cuatro F-18 españoles, cuya misión es controlar la zona de exclusión aérea y proteger a los cazas aliados.
Méndez Núñez
es la fragata española que ha interceptado cinco buques, sin tener que inspeccionarlos,
y ha identificado tres pateras en dirección a Italia.
13 barcos
sospechosos han sido identificados por el avión de vigilancia marítima CN-235. Ninguno de esos buques incumplía el embargo naval.
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