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Comunidad de Madrid

«Quería demostrar que este tipo de casa se podía hacer en España»

La madre de sasha, el joven actor que encarna al hijo de santiago segura en la película «Balada triste de trompeta», muestra su vivienda bioclimática y ecológica en el escorial 

«Quería demostrar que este tipo de casa se podía hacer en España»
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La casa que la familia del actor de nueve años Sasha di Benedetto –hijo de Santiago Segura en «Balada triste de trompeta»– tiene en El Escorial es bioclimática, ecológica y sostenible. Su madre, Mayte Ariza, ha abierto sus puertas a los lectores de A tu salud Verde.
«Tienes que tener un poco de valentía para llevar a cabo un proyecto así porque cuando empezamos a construirla hace más de seis años no había en nuestro país un lenguaje de sostenibilidad y a veces era difícil hacerte entender», confiesa la madre de Sasha. En cualquier caso, están satisfechos y orgullosos. «Fuji», que así se llama la casa en honor al monte japonés de ese nombre y cuyo arquitecto autor es el italiano Luca Lancini, ha sido declarada «Edificio emblemático de la Comunidad de Madrid» por la dirección general de Industria y nombrada «Ejemplo de sostenibilidad» por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.
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Vegetación AUTÓCTONA
Además de las consabidas características en cuanto a orientación, maderas certificadas, y paneles solares para agua y calefacción, «Fuji» cuenta con un sistema de recogida de agua pluvial para el funcionamiento de baños e inodoros, aunque no para el riego, puesto que éste es innecesario ya que «la casa está integrada y concebida en el terreno donde fue construida y el jardín, cien por cien con vegetación autóctona, vive de manera natural y sin necesidad de intervención las cuatro estaciones del año», cuenta Mayte.
Energéticamente, el ahorro, además de la energía solar, viene dado por la distinta concepción de las fachadas, muy diferenciadas y con «grandes contrastes lógicos», como dice Mayte Ariza. La fachada norte ha sido concebida con ventanas estrechas y muro de 70 centímetros con silicio calcario, ladrillo ecológico de termoarcilla trasdosado de papel reciclado y contrachapado de madera. Y, además, el cubo de entrada, que, por cierto, tiene una puerta de láminas onduladas de acero corten en homenaje al escultor Eduardo Chillida, funciona como intercambiador climático. La fachada sur, esencia de la arquitectura bioclimática, está concebida para que entre la luz y cruzan sus ventanales unas láminas de aluminio que la refractan en verano y la absorben en invierno.
Contribuyen al ahorro energético y de agua la combinación en las distintas estancias de sistemas de detección de presencia inteligentes –por ejemplo, el encendido automático de luz al entrar si la luz solar no es suficiente– con otros recursos como el uso de grifos temporizados, calefacción individual de cada habitación, empleo de una secadora natural que funciona con efecto invernadero o ventilación cruzada.«Yo he hecho esta casa para demostrar que un sueño como el mío –una casa bioclimática, ecológica, sostenible y accesible–se podía hacer en España», dice la madre de Sasha.