Médicos
Mamá papá qué estáis haciendo
Cuando un hijo sorprende a sus padres en plena sesión sexual, la reacción no suele ser la apropiada. Si es muy pequeño puede causarle un impacto. Los expertos afirman que no hay que alarmarle o castigarle, ni hacerle ver que lo que estaban haciendo era algo vergonzoso.
Los padres de Marcos se esmeraron mucho en su educación. Le enseñaron a no hablar con la boca llena, a pedir las cosas por favor, a dar las gracias y saludar... Pero lo que no le enseñaron a Marcos es que hay que llamar a la puerta antes de entrar. Algo de lo que se arrepintieron en el momento en que el pequeño giró el pomo y les pilló desnudos, una sobre el otro, excitados en plena sesión de sexo. Impactante escena para el pequeño, vergonzosa para los progenitores, que no supieron reaccionar de la mejor manera, es decir, con calma, lo que, según los expertos, es primordial a la hora de abordar una situación de esta índole para evitar provocar un efecto negativo en el menor.
Según Esther Legorgeu, psicóloga del Instituto de Orientación Psicológica EOS «es importante que estas situaciones no ocurran, y para eso debemos tener siempre claro que nuestro cuarto es una zona íntima, pero si sucede, hay que saber reaccionar bien. Lo primero es mantener la calma y solicitar al niño que vuelva a su cuarto y que en breve iremos a hablar con él». Y no hay que hacerle esperar demasiado, ya que es posible que haya tenido algún problema, una pesadilla o dolor, y necesite atención. «Si esto es así debemos solucionar dicho problema y tras eso continuar hablando de lo que ha visto», añade.
Por su parte, Manuel Lucas, presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología (SEIS) opina que «en el currículum personal de muchas personas está esa experiencia. Tal vez no de forma directa, pero algo han oído o visto en su infancia. Depende mucho también de la actitud de la familia. Hay padres que no guardan tanta intimidad, pasean desnudos y muestran más naturalidad... Y otros que están en el otro extremo». Legorgeu coincide. «La sexualidad depende mucho de los valores y costumbres de la familia y es importante que toda explicación sea de acuerdo a estos mismos y que el niño entienda que hay conductas o actividades que debe hacer en privado, aunque, por ejemplo, pueda enseñar los órganos sexuales en público (como en una playa nudista) debe entender que hay sitios en los que no se puede y que hay actos que se deben hacer en la intimidad».
Explicaciones
Pero a algunos padres les cuesta ponerse en situación y no saben de qué forma explicarle al pequeño lo que ha sucedido, por lo que optan por hacer como si no hubiera pasado nada. Un grave error, según argumentan los especialistas. La psicóloga Yolanda Bezares explica que «no se debe hacer como que no ha ocurrido o que no es importante, pero tampoco tenemos que alarmarnos y actuar castigando al niño o haciéndole ver que lo que estábamos haciendo era algo vergonzoso. Hacer el amor es algo natural y bonito. Hay que transmitir a los niños la información que puedan entender y recalcar la importancia de que deben respetar los actos privados». ¿Y cómo se hace? Depende de la edad. Si es muy pequeño tal vez no haya entendido lo que vio y sea necesario tranquilizarle (por lo sonidos y los ruidos del acto sexual, ya que puede pensar que estaban peleándose o que se estaban haciendo daño). «Hay que explicarle que lo que ha visto ha ocurrido porque sus padres se quieren, son adultos, se dan abrazos, se besan, se quitan la ropa... pero no se hacen daño y lo que hacen les gusta a pesar de que a veces haya sonidos», aclara la psicóloga de EOS, Alejandra Mohamed.
Si es más mayor «es probable que comprenda lo que acaba de ver y que sienta vergüenza. En este caso, hay que calmarle y decirle que no ocurre nada por haberlo visto, pero que no suceda de nuevo, porque se debe respetar la intimidad de los demás y por ello, cuando la puerta está cerrada, ellos deben llamar antes de entrar», concluye Legorgeu.
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