Extremadura

Zapatero apela al voto de los «críticos» y hace suyas las demandas del 15-M

«No podéis regalar la victoria al PP», advierte

020mad19fot3
020mad19fot3larazon

CÁCERES- Lo nunca visto en esta ya casi finiquitada campaña: un pabellón a rebosar, un auditorio entregado, un aforo generoso, un ambiente festivo, una apoteosis de banderas, puños y rosas… Zapatero revienta el aforo. Siete mil personas abarrotan el Pabellón Multiusos y hay gente que se queda afuera. ¿Averiguan dónde estamos? En tierra conquistada. Esto es Extremadura y la campaña de Guillermo, ni de Fernández Vara ni del PSOE porque el barón más sincero del PSOE no precisa de siglas ni de apellidos para recorrer y pedir el voto en esta tierra en la que el PP confía en quebrar su mayoría absoluta.
La militancia recibe a Zapatero como no le ha recibido en ningún otro sitio por los que ha pasado esta caravana del PSOE. La federación extremeña ni le esconde ni le ningunea. Le aplaude, le vitorea y se entrega. Tanto como cuando habla el otrora «lendakari» extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que hoy hace de telonero y arranca a la enfervorecida masa los aplausos más generosos.
Ibarra no da nunca puntada sin hilo y, como el movimiento 15-M ha irrumpido de lleno en esta campaña de forma inesperada, convierte a los «indignados» del «nolesvotes» en el eje central de su discurso y se alinea con quienes «quieren cambiar el sistema». Él dice que son «jóvenes que protestan por toda España, pero que o están indignados con nosotros, sino con la situación tan complicada que ha generado la crisis económica y el paro» Y para quienes sospechan que la izquierda mueve sus hilos, el baron más incontinente de cuantos tuvo nunca el PSOE asegura que «se convocan solos».
El ex presidente parece que marca el paso porque, aunque sin menciones explícitas, Zapatero sube al escenario y también se refiere a los de «nolesvotes». Redobla su llamada al voto progresista y al voto crítico porque «sabe que si votan a la izquierda tendrán «quien les escuche». Es un claro guiño, sin duda, a los que han sembrado España de protestas. A ellos también parece referirse cuando pide de nuevo el voto a todos los progresistas «para no regalar con su abstención la victoria a quien no se la merece». Entra de lleno, no hay duda, en el debate que ocupa las portadas de los últimos días porque se despide con una nueva arenga: «Es el voto lo que mejora y construye la democracia; es el voto la mejor expresión para ser crítico y exigente».
Antes de la despedida hace suyas algunas de las demandas de este movimiento inesperado en la recta final de la campaña, justo cuando se refiere a la creación de un impusto sobre las transacciones bancarias. No es la primera vez que lo hace porque ya en la Asamblea General de la ONU de noviembre de 2010 fue una de sus propuestas, pero sí la primera mención en toda campaña a este asunto que coincide con una de las reivindicaciones del manifiesto del «15-M» y que Zapatero considera imprescindible para avanzar en una «auténtica revolución financiera». También defiende que los hipotecados liquiden su deuda con los bancos cuando entreguen su casa embargada.
Las referencias son obligadas porque el movimiento 15-M ha marcado de algún modo el trabajo de un Comité Electoral que, perplejo, responde hoy a cientos de llamadas cuando se ha conocido que ha decidido trasladar el mitin de cierre desde la madrileña plaza Mayor a un pabellón cubierto en Ifema. Y es que hay quien ha visto en el canje un supuesto recelo de los socialistas a que quienes acampan en el centro de Madrid revienten el acto final de esta ya de por sí deslucida campaña. Nada que ver con la versión oficial, que atribuye la decisión a dos motivos de peso: las protestas de los hosteleros de la plaza Mayor por el previsible desmantelamiento de las terrazas durante el mitin y razones de seguridad esgrimidas desde La Moncloa.
La elección del PSM de llevar el afcto a un recinto al aire libre nunca fue vista con buenos ojos desde el PSOE. Y la verdad es que no es la primera vez que Ferraz discute con una federación en esta campaña llena de desaciertos en la elección de recintos.