Eslava Galán un caballero

La última novela de Juan Eslava Galán, «Ultimas pasiones del caballero Almafiera», el andamiaje de lo histórico (la recreación de la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212, hace ahora 800 años) está en interacción con lo que podríamos llamar la novela de «iniciación final», es decir aquel texto donde el protagonista, ya en sus últimos años, comprende y acepta el destino de su vida. Juan Eslava Galán, premio Planeta 1987 con «En busca del unicornio», es experto medievalista, pero, atención, eso no sólo le sirve para explicitar en la novela ungüentos, armas o comidas, sino para darnos el otro lado del espejo de la vida real en el siglo XIII, con la pobreza diaria e incluso la escena de un rey que mira con resquemor al macero que le rompe una de las últimas baldosas íntegras del suelo del salón del trono. El empobrecido caballero Gualberto, de la pequeña nobleza de Provenza, viene a España para reclamar a un noble franco sus tierras, robadas cuando la cruzada de Montfort, y aquí encuentra su último amor en la figura de una dama casada, que le hará recordar sus primeros amores con una princesa bizantina. Gualberto, llamado Almafiera, llega a Castilla cuando ya está en marcha la cruzada contra los almohades, comandada por varios reyes hispanos y que acabará con los invasores en las Navas de Tolosa. Todo será narrado desde el punto de vista de un juglar que lo mismo habla de «cocina deconstruida» que cita con precisión términos históricos. Eslava Galán nos habla de un mundo medieval que va a cambiar para siempre, en sus costumbres, en su historia, y a través de unos personajes que, también, van a descubrir que la vida tiene un sentido que sólo vemos, como decía Manrique, cuando ya no hay donde dar la vuelta.