Detroit
Cae el Ben Laden de internet
Cuatro meses después de la muerte del líder de Al Qaeda, Estados Unidos descabeza la filial de la red terrorista en la Península Arábiga, la más letal
Durante la ceremonia de despedida del hasta ahora jefe del Estado Mayor, el almirante Mike Mullen, en el Fuerte Myer (Virginia), el presidente norteamericano, Barack Obama, aprovechó para congraturarse por la caza de Awar al-Awlaki en Yemen, la segunda gran operación contra la red terrorista desde la muerte de Osama Ben Laden hace cuatro meses.
«La muerte de Al-Awlaki es un gran golpe contra Al Qaeda. Que nadie se equivoque. Esto es otra prueba de que ni Al Qaeda ni sus afiliados pueden refugiarse en ningún santuario», sostuvo el presidente norteamericano.
Las primeras noticias sobre la fulminación de Al-Awlaki, conocido como el clérigo norteamericano de Yemen, se produjeron cuando el ministerio de Defensa yemení envió un mensaje a los periodistas.
Después fuentes de la Administración Obama confirmaron la operación, aunque declinaron especificar si la misión se había realizado con un ataque de los denominados aviones drone (aparatos no tripulados). Este método contraterrorista, criticado por el número de bajas que produce, se empezó a utilizar con el anterior Gobierno norteamericano en la frontera afganopaquistaní aunque ha sido Obama quien ha multiplicado su uso en las operaciones antiterroristas.
Fueron fuentes de la oficina de contraterrorismo las que explicaron explicaron que se dio muerte a Al Awlaki tras un ataque de drones contra a su convoy durante una operación conjunta de la CIA y el Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos. Al-Awlaki estaba bajo vigilancia desde hace tres semanas. Pero, hasta ayer no se había dado la oportunidad para atacar.
Durante la misión, también se asesinó a otro ciudadano estadounidense, Samir Kahn. Éste era el editor de una revista en internet, «Inspire» (Inspirar, en español), en la que el clérigo islamista publicaba artículos sobre la «guerra santa» y en el que también aparecían textos sobre cómo preparar artefactos explosivos y utilizar rifles de asalto AK-47. También, se dio muerte a otros dos hombres, que podrían ser sus guardaspaldas y cuya nacionalidad ayer se desconocía.
Awlaki, que nació en el estado norteamericano de Nuevo México, se ha convertido en el primer ciudadano estadounidense al que Washington ha dado muerte en una operación de contraterrorismo ordenada por el presidente. Ayer se desató un debate sobre su origen pero también se calificó de éxito su fallecimiento. Funcionarios de la Administración Obama justificaron esta orden por «el hecho de que estaba al frente de operaciones contra Estados Unidos».
Durante años Awlaki ha sido un fenómeno en internet por sus vídeos y grabaciones de audio en contra de Occidente. El Gobierno norteamericano le ha acusado de instigar el fallido atentado de diciembre de 2009, cuando un joven nigeriano intentó hacer saltar por los aires un avión comercial 20 minutos antes de aterrizar en Detroit (Michigan). Ese mismo año Al-Awlaki también mantuvo contactos con el psiquiatra militar que abrió fuego en el Fuerte Hood (Texas) y terminó con la muerte de 13 personas.
Lista negra de la CIA
La Casa Blanca puso hace año y medio a Awlaki en la lista de objetivos de la agencia de espionaje de la CIA. Hace meses el director del Centro Nacional de Contraterrorismo, Michael Leiter, indicó en una comparecencia en el Congreso que «Al Qaeda en la Península Arábiga, con Awlaki de líder, representa la mayor amenaza que tiene Estados Unidos».
Desde que empezasen las revoluciones árabes a principios de este año, la Administración norteamericana ha medido al milímetro los movimientos de su política en la región. A Obama le ha resultado difícil equilibrar los intereses de Washington en la zona con el derecho a vivir en sociedades libres de los ciudadanos de estos países. Por esta razón, el Gobierno estadounidense ha seguido con atención la situación de Yemen, sumido en masivas protestas contra el presidente Saleh y luchas tribales. Todo esto ha permitido a Al Qaeda fortalecer su presencia en este país, cuya ubicación en el mapa se considera la gran «intersección» entre Oriente Medio y el Cuerno de África.
Esta última operación, fruto de la cooperación entre Washington y el Gobierno de Saná , puede rehabilitar al presidente yemení, Ali Abdullah Saleh como aliado norteamericano. También, le servirá para tratar de ganar apoyo internacional y agarrarse al poder en un momento en que su país se desliza por un estado de guerra civil tras su intento de asesinato.
Yemen: El «paraíso» de los terroristas
Fue el mismo director de la CIA, David Petraeus, el que advirtió de que Yemen se había convertido en el «centro regional más peligroso de la yihad». Al Qaeda cuenta allí con varios campos de entrenamiento y se cree que centenares de miembros de la red están escondidos en sus montañas. La inestabilidad política en Yemen, que desde enero vive una revuelta popular contra el presidente Saleh y que en esta semana ha sido escenario de atentados contra el viceministro y el ministro de Defensa, ha facilitado a los terroristas ganar poder entre las tribus locales y extender su influencia. Así es como la rama de Al Qaeda en la Península Arábiga se ha convertido en «la más peligrosa para EE UU» y su refugio, Yemen, en «uno de los paraísos más importantes del mundo para los terroristas», según Petraeus.
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