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Ahora le toca al Príncipe por Fernando Rayón

La Razón
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El cambio de legislatura es un momento oportuno para hacer cosas, para dar un nuevo impulso a la vida pública. El propio Gobierno entrante sabe que tiene muchos frentes abiertos. Y uno más, no el más importante ni urgente desde luego, afecta a la Corona.

El «caso Urdangarín» ha puesto en evidencia –y lo seguirá haciendo si no se producen cambios– a algunos funcionarios de la Casa Real que han sembrado confusión cuando lo que se necesitaba era transmitir mensajes claros que reforzaran a la Institución. No ha sido el caso del Príncipe de Asturias. Y todo ha ocurrido esta semana.

Sólo dos días después de que Zarzuela censurara el comportamiento poco «ejemplar» del Duque de Palma en sus negocios privados y le apartara de los actos oficiales, Don Felipe hizo una defensa de la ética en el mundo empresarial. Aprovechando la presentación en Barcelona de la Fundación Príncipe de Gerona, pronunció un discurso en el que, a falta de referencias a su cuñado, puso a Cataluña y a la Fundación a la que da nombre como ejemplo de cómo deben hacerse las cosas. Habló de «ilusión», de «responsabilidad», de «confianza», de «seriedad», de «liderazgo», de «rigor», y «coherencia». Era verde y con asas, pues según informaciones periodísticas, la Fundación Nóos, que presidió Urdangarín y que no tenía ánimo de lucro, no sólo ha servido para obtener beneficios, sino también para defraudar a Hacienda.

Pero también recordó el Príncipe ante la sociedad catalana, representada desde el presidente de la Generalitat y su Gobierno hasta el alcalde de Barcelona, que las personas que trabajan en fundaciones y empresas deben actuar movidas por la «ambición honesta y transparente».
Era este un mensaje que iba en la línea del anuncio de Zarzuela del pasado lunes, que manifestaba su intención de hacer público cómo reparten los 8,4 millones que recibe el Jefe del Estado de los Presupuestos Generales del Estado cada año.

Y no tengo ninguna duda de que estas palabras del Príncipe le van a situar en las próximas semanas y meses en el foco de atención. Afectadas las hijas de los Reyes por cuestiones familiares, de todos conocidas, es ahora el Heredero el que va a estar en el punto de mira de los que no están de acuerdo con la sucesión… ni por tanto con la Constitución. Sí, ahora le tocará al Príncipe. Y es precisamente en este momento, cuando deberán producirse algunos cambios constitucionales que afectan a la prevalencia del varón en la línea sucesoria, o la promulgación de una Ley Orgánica sobre la Corona –hoy más necesaria que nunca–, cuando Don Felipe tiene su gran oportunidad.

No tiene que demostrar que está preparado, eso ya lo sabemos, sino que en una situación como la presente –de dificultades familiares y con la Corona bajo mínimos en el CIS– es capaz de ser ese referente ético y moral que debe desempeñar la Monarquía en nuestro país.

 

Fernando Rayón
Periodista