Actualidad
Guerrilla urbana por Martín Prieto
Stéphane Hessel, diplomático francés y egresado de Buchenwald, publicó el pasquín «¡Indignaos!» pudiendo hacer mejor cosa desde la altura de sus más de 90 años. La edición española fue prologada por el economista José Luis Sampedro, que fue un referente de nuestra juventud. La vejez es un naufragio. Ahora hablamos en España de guerrilla urbana para acabar o corregir la civilización occidental. El último que se propuso tal cosa fue Atila y se quedó muerto a las puertas de Roma. Una cosa que no se acaba nunca, el sempiterno cóctel molotov, lo inventó el comisario soviético del mismo apellido para usarlo en la guerra ruso-finlandesa, en la que no demostró ninguna eficacia bélica entre los hielos y las nieves, pero también pervive como mito en la agitación y propaganda. En los países occidentales sólo he conocido auténticos manuales de guerrilla urbana en Uruguay, a manos de los tupamaros. La rebelión de los jóvenes magrebíes en las barriadas de París la terminó Sarkozy en dos jornadas y la rebelión de los jóvenes aireados ingleses en Londres la finalizó Cameron sin matar a nadie. Mucha prudencia policial en España y que no nos lleven los nervios. El PSOE y los sindicatos esperan sacar rédito y lo que no hay que hacer es dárselo. Desde Grecia hasta España tenemos ganas de bronca. No se la demos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar