Estreno

«Martes después de navidad»: Un triángulo redondo

Dirección: Radu Muntean.Guión: A.Baciu, R. Muntean y R. Radulescu. Intérpretes: Mimi Branescu, Maria Popistasu, Mireia Oprisor. Rumanía, 2010. Duración: 99 min. Drama

«Martes, después de navidad»: Un triángulo redondo
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 «Quien tiene dos mujeres, pierde el alma; quien tiene dos casas, pierde el seso». Este sabio proverbio, que inspiró la memorable «Las noches de la luna llena» de Eric Rohmer, podría servir para ilustrar las dudas amorosas del protagonista de «Martes, después de Navidad». Podría pensarse que su premisa –la historia de Paul, un cuarentón que tiene el corazón dividido entre su mujer y su amante– está sobadísima, sino fuera porque nunca habíamos tenido el privilegio de verla plasmada así, desde un naturalismo tan riguroso, tan implacable.

En la propuesta de Muntean no existe el fuera de campo: todo ocurre ante la cámara para convertir al espectador en testigo de una intimidad privilegiada, seguramente de una intimidad a la que no deberíamos tener acceso. Le bastan poco más de veinte planos secuencia para captar, en tiempo real, lo que ocurre antes de que llegue el martes del título, incierto primer día de una nueva vida para tres personajes abrumados por la turbulencia de sus afectos. Y esa turbulencia recorre todos sus gestos: la compra de los regalos de Navidad en unos grandes almacenes, la imprevista reunión del trío entre empastes y ortodoncias, la cena de Nochebuena en la que la normalidad del mundo colisiona con lo que ocultan las apariencias y la memorable escena en la que Paul se sincera. Hay tanta verdad en la gradación de estados de ánimo que arrebatan esos veinte minutos de metraje que resulta difícil parpadear. Lo más sorprendente es que Muntean siempre se mantiene a la misma distancia de sus personajes, la cámara solamente registra sus comportamientos, no hay opinión ni juicio, sólo una capacidad de observación que sólo está reservada para los grandes cineastas.