Pakistán

Un triunfo para la CIA tras una década de críticas y fracasos

La captura y muerte de Osama bin Laden representan un importante triunfo para la CIA y los servicios de información de Estados Unidos, que en los últimos tiempos han sido blanco de críticas por su ineficacia y sus técnicas de interrogatorio.

Osama bin Laden, el terrorista más buscado del mundo, murió en la madrugada de hoy a manos de una elite de soldados estadounidenses que, en una operación ultrasecreta, cercó e invadió la mansión que el saudí ocupaba en la ciudad de Abottabad, en Pakistán.

Culminaban así casi cuatro años de trabajo de las agencias de inteligencia, que comenzó cuando la CIA empezó a seguir la pista sobre una de las personas que formaban el círculo más íntimo de colaboradores de Bin Laden, en concreto uno de sus 'correos' o asistentes.

La revista Time indica hoy que la pista surgió de los interrogatorios a los que fue sometido Jalid Sheij Mohamed, considerado el cerebro de los ataques del 11 de septiembre y uno de los más estrechos colaboradores de Bin Laden. La CIA obtuvo una información similar del sucesor de Mohamed, Abul Faraj al Libi.

Ambos fueron objeto de las controvertidas técnicas de interrogatorio que aplicó el Gobierno de Estados Unidos, bajo el mandato de George W. Bush, en prisiones ubicadas fuera del país, en concreto en Polonia y Rumanía.

Tras la masacre de los atentados de septiembre de 2001, el Gobierno de Bush autorizó a la CIA a llevar a cabo los interrogatorios más agresivos de la historia del país, política que desautorizó y desmanteló posteriormente el Ejecutivo de Barack Obama.

En aquella época, según revelaron informes publicados con posterioridad, la CIA llegó a intimidar con pistolas y taladradoras eléctricas a sospechosos de terrorismo sometidos a interrogatorio y les amenazó con asesinar a sus familias.

Igualmente se utilizaron técnicas como el ahogo simulado (waterboarding), el desnudo forzado, la privación del sueño, la exposición a temperaturas extremas y el aislamiento prolongado.

Fueron técnicas que el entonces vicepresidente Dick Cheney calificó posteriormente de "refinadas", y que, en su opinión, permitieron "salvar vidas y prevenir atentados terroristas".

Independientemente de cómo surgieron las primeras informaciones, lo cierto es que la CIA logró coordinarse con otras agencias de inteligencia para, pista a pista, averiguar el paradero desconocido de Osama bin Laden y montar el operativo en torno a la residencia donde estaba escondido.

De esta manera, la CIA, bajo la dirección de Leon Panetta -que dentro de poco dejará el cargo en manos del general David Petraeus para hacerse cargo del Departamento de Defensa- se ha resarcido de las duras críticas que ha recibido la agencia en la última década, primero por no haber prevenido los ataques del 11-S y, posteriormente, por ser incapaz de localizar al escurridizo terrorista.

Hoy, en un comunicado, Leon Panetta reconoció que la operación fue "la culminación de muchos años de trabajo intenso e incansable", en los que se han llevado a cabo "operaciones clandestinas altamente complejas e innovadoras", y en los que hubo que "recopilar información por medios humanos y técnicos".

En cualquier caso, dijo, "hoy hemos librado al mundo de su terrorista más infame", lo que supone sin duda un "motivo de confort"para los familiares que han perdido a sus seres queridos por la barbarie de Al Qaeda, indicó.