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El Tour nos ha traído la polémica por el arranque de Contador cuando a Schleck se le saltó la cadena y la llegada al Tourmalet ha servido para que Sastre haya puesto a pan pedir a quienes protagonizan «patrañas de niñatos». Y, además, muchos españoles consideran que Contador tendrá que dar su gran batalla hoy en la etapa contrarreloj para que no quede constancia de que su victoria se debió a una avería del adversario.Fue gesto muy elogiado el de Contador prestándose a que el luxemburgués ganara la etapa del Tourmalet. Fue, para muchos, una solución al problema de mala conciencia que se quedó al convertirse en líder. La avería de Schleck le ha costado silbidos y antes de llegar a los Campos Elíseos ha querido dar mejor imagen que la que le crearon quienes creen que hay que aplicar el «fair play» constantemente, lo que para los casos de avería no tiene sentido.Contador pidió al pelotón que redujera la marcha por la caída de Samuel Sánchez y Sastre hizo caso omiso. Quiso ser el héroe del día y no pudo. Con más frescura quizá habría sido el triunfador. Nos faltó que en el mítico puerto, y en su centenario, llegara primero, de nuevo, un español. Sastre era el hombre y marró.