Estados Unidos
España se complica la vida al perder con Lituania 73-76
La selección española desperdició 18 puntos de ventaja sobre Lituania (61-43, minutos 26) y acabó perdiendo el partido, 73-76, tras jugar a la ruleta rusa en los últimos minutos.
A la España del último cuarto de hora ante Lituania es imposible reconocerla. Después de dominar por 18 puntos (61-43, min 26) a una selección muy alejada de la mejor Lituania posible, «La Roja» se borró, se fue del partido sin una explicación aparente. Desapareció, sin más. Navarro aseguraba a la conclusión que se relajaron. Su gesto era el de intentar explicar algo incomprensible. Cuando mejor estaba el equipo, se olvidó de jugar. Dejó que Lituania se lo creyera y terminó encajando una derrota que nubla el futuro en el campeonato. Porque ahora a lo máximo que puede aspirar en la primera fase es a ser tercera. Y eso equivale a un cruce con Estados Unidos en cuartos de final. Eso siempre y cuando se superen los octavos. Porque alcanzar los cruces habiendo ganado a Nueva Zelanda y a los dos siguientes rivales, Líbano y Canadá, no es precisamente para presumir. Si se «quiere» evitar a los estadounidenses y marchar por la otra parte del cuadro hay que ser cuartos, aunque después de una primera fase tan desconcertante quién sabe...
España sigue buscándose, porque como ha demostrado en los tres partidos jugados está todavía perdida. Hasta cierto punto era comprensible antes del desarrollo del encuentro ante los lituanos. Van tres partidos de nueve posibles, pero ¡estábamos tan mal acostumbrados! A medida que avanza el torneo, la Selección debía ir tomando cuerpo, no dando tumbos. Es una tradición en los equipos que dirige Sergio Scariolo. Su arranque es dubitativo, como si tanteara el terreno, pero a medida que la competición avanza, sus equipos crecen. En esa fase parecía encontrarse España. Es capaz de completar minutos que hacen recordar a la campeona del mundo y de Europa, pero todavía hay demasiadas lagunas por evitar y que se prolongan demasiado en el tiempo. Ante Lituania, «La Roja» arrancó de forma convincente. Garbajosa ató en corto a Kleiza; el equipo fue solidario atrás y, cuando eso se produce, en ataque basta con que impere la lógica. Cuatro triples de tres jugadores diferentes y la aparición de Marc, cuando Javtokas tuvo que acudir al banquillo por sus problemas físicos, dispararon a España (26-11, min 11). El banquillo, la segunda oportunidad que todavía no había ofrecido señales de vida durante el campeonato, sumó, pero...
Hay un margen amplio de mejora especialmente en dos jugadores llamados a aportar bastante más de lo que han hecho hasta ahora. Llull es una debilidad del seleccionador, pero está por explotar. La recuperación de sus problemas físicos es una realidad. Su aportación al juego de la Selección está todavía en barbecho. Lo de Vázquez parece más preocupante.
Después de una temporada soberbia en el Barça, parece fuera de sitio. No es importante delante ni atrás. Tiene dificultades para controlar el balón y, pudiendo hacer mucho daño, cada aparición suya sólo sirve para que Marc tenga unos minutos de descanso. Cuando el quinteto titular rindió, España se disparó (61-43), pero el apagón posterior recordó a los peores tiempos del «angolazo» o del chinazo. La crisis se prolongó durante siete minutos caóticos en los que Lituania se metió en el partido (64-63, min 35). Cada jugador hizo la guerra por su cuenta y eso en tipos de la experiencia de Navarro, Rudy, Garbajosa o Marc resulta preocupante. Ricky se vio desbordado. Tomó malas decisiones y nadie en el equipo fue capaz de aportar algo de sensatez. La única aparición estelar de Kleiza (suyos fueron los últimos cuatro puntos de Lituania) sirvió para catapultar a los suyos y sepultar un poco más a una selección desconocida. España ahora es tercera de grupo y el futuro se oscurece.
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