Sevilla

La ex novia de Carcaño implica al hermano de Miguel como coautor

Rocío, la ex pareja de Miguel Carcaño, testificó ayer en la octava sesión del juicio por el asesinato de Marta del Castillo Casanueva
Rocío, la ex pareja de Miguel Carcaño, testificó ayer en la octava sesión del juicio por el asesinato de Marta del Castillo Casanuevalarazon

SEVILLA-Hay quien, versado en el arte de la mentira, tiene la capacidad de mentir y, aún así, mantener el pulso firme. Rocío, la menor de Camas que salía con el asesino confeso de Marta, Miguel Carcaño, pertenece a esa estirpe de individuos que saben de precio –para ir a la televisión, por ejemplo– y poco de valor. Ella misma reconoció que es cierto que dijo: «Si soy capaz de mentir a la Policía, miento a cualquiera». Durante la octava sesión de la vista del «caso Marta del Castillo», sin embargo, aseguró decir la verdad porque «está cansada de tantas mentiras». Rocío mantuvo la última versión que ofreció a la Policía, que según ella, le confesó Carcaño la madrugada posterior al crimen: Miguel y su hermano Francisco Javier Delgado mataron a Marta a golpes, se deshicieron del cadáver con la ayuda «de unos más» y el cuerpo está enterrado en Camas.

La menor explicó que, cuando sorprendió a Carcaño saliendo por la ventana del cuarto que compartían la madrugada del 25 de enero de 2009, sobre la 1:30 horas, su entonces novio le comentó que iba a «su casa de León XIII a arreglar un problema con su hermano, a borrar pruebas antes de que nadie las viera, y me dijo que era un charco de sangre».

La versión que, supuestamente, le ofreció Miguel es que «había discutido con Marta esa tarde, que su hermano también estaba en casa y que, en un momento dado, le dio un golpe con un cenicero, y una vez en el suelo él y su hermano la golpearon». Carcaño, según Rocío, salió de madrugada del piso de Caño Ronco, en Camas, con su ciclomotor, y no regresó hasta «varias horas después». «Me contó que habían quitado el cuerpo de en medio para que nadie lo encontrara. Yo no me lo creía, no le daba crédito», indicó.

La menor aseguró que, el mismo 25 de enero, recriminó a Miguel «que no fuera a la Policía a contar lo que supuestamente había hecho, porque yo no creía lo que me contó, era una ingenua». Carcaño contestó que «tarde o temprano lo iban a coger y quería estar libre mientras». «Como quería saber si lo que me contó era verdad, le pedí que me dijera dónde estaba Marta, me llevó a una zona de Camas –cerca de Caño Ronco– y me señaló ‘ahí está'», indicó la testigo, que aseguró que recibió «una llamada en la que me amenazaban con rajar a mi madre de arriba a abajo y darme a mí una paliza si contaba algo». A estas hipotéticas amenazas –que no fueron registradas en su móvil, como después comprobó la Policía– atribuyó Rocío sus diferentes versiones. «Me llevaron a no decir la verdad. Todo lo que conté era mentira, incluido que Samuel Benítez y «El Cuco» participaran», manifestó en referencia a su declaración de marzo de 2009. Después, «como estaba harta de tantas mentiras, conté la verdad», aseguró, indicando también que mandó cartas a Carcaño en prisión dictadas por la Policía para tratar de sacarle información. Asimismo, reconoció que por «el cariño» que le tenía, le sentó mal que el asesino confeso se carteara con admiradoras en la cárcel.

La madre de Rocío, Soledad, testificó que vio a Miguel sobre las 00:30 en Caño Ronco en pijama y, después, a las 4:20, cuando le llevó un café antes de que se fuera, supuestamente, al trabajo. De las entrevistas que tuvo con el asesino confeso en la prisión, colaborando con la Policía, da por verdadera la versión que le ofreció Carcaño en la que asegura que mató a Marta con un cenicero y que Samuel y «El Cuco» se deshicieron del cadáver, utilizando el coche de un tío del primero. Samuel «no le dice dónde está».

El propietario de un bar cercano a León XIII, por su parte, declaró que la noche de autos, sobre las 2:00, vio a dos jóvenes con una silla de ruedas y un bulto «como una alfombra o una moqueta» dirigiéndose a los contenedores y regresando sólo con la silla.