Real Madrid
Cobró Preciado
Esta temporada cuesta mucho hablar de fútbol. Siempre hay un hecho anecdótico o polémico en el que detenerse. Ayer, con la visita del Sporting no había otra cuestión que el saludo de José Mario a Preciado. Todos los informadores estaban pendientes del hecho y casi fue la noticia que no hubiera tal acto protocolario como es habitual. Mourinho se la debía a Preciado y éste se la cobró con la victoria en el Bernabéu.
El fútbol del Madrid no fue brillante ni emotivo, salvo en los instantes finales cuando había sensación de derrota liguera. Sin Xabi Alonso y Marcelo y con dos jugadores muy poco creativos como Khedira y Lass la estrategia gijonesa de cubrir con abundancia su centro del campo era suficiente.
El Sporting, con Rivera en el centro y Barral y De las Cuevas en la búsqueda de contragolpes, puso en apuros a la zaga madridista y acabó con el gol del segundo. Los anfitriones sólo contaban con Di María en los avances por las bandas y Adebayor, sin nadie que le asistiera, pasó inadvertido.
Mourinho recurrió a cambios incomprensibles que no le dieron ni siquiera seguridad defensiva.
El mejor entrenador del mundo, o así, nos sorprendió con decisiones tan discutibles como quitar a Granero y mantener a Lass. Jugar con tres centrales al final, para convertir a Ramos y Canales en extremos, no surtió el efecto deseado.
No está perdida la Liga, pero en este momento debe ser conveniente comenzar a hablar de fútbol. Aunque a Mourinho le gusten más las peleas de gallos.
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