Escultura

El triunfo del nuevo ARCO

El director del certamen, Carlos Urroz, resume la edición de 2012 como la del «optimismo realista» y la del encuentro de «un nuevo modelo»

El triunfo del nuevo ARCO
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Por un euro la respuesta correcta, digan sinónimos de «moderación». Ese era el concurso ayer entre los galeristas, participantes y organizadores de ARCO, que gastaron el diccionario de tanto usarlo, entonando a media voz una melodía de optimismo, como la que tenía en la punta de la lengua Carlos Urroz, director del certamen. «Estamos muy satisfechos con el resultado por la calidad de los participantes. Podemos decir que el clima general es de satisfacción, dentro de que un triunfo en este tiempo no es lo mismo que hace cinco años», dice Urroz a LA RAZÓN.

Uno de los hallazgos de la edición ha sido el programa de coleccionistas privados a los que la organización invitó: «Han venido casi 250 parejas y han respondido. El perfil de sus gustos era el mismo de las galerías que tenemos y hubo grandes coleccionistas que han comprado grandes piezas, y otros medianos que han comprado algunas de 20.000 o 15.000 euros, que han hecho volumen de negocio», explicó.

Balance, con el año cerrado
Después de cinco días de actividad, Urroz contemplaba el desmontaje de los stands en un clima de «optimismo realista, pero no ingenuo». En estos próximos días tratarán de recabar todos los datos de ventas con los galeristas, si bien su objetivo es cerra el balance de 2011. «Hay que valorar con respecto al año cerrado. Cuando termina la feria, muchas ventas quedan en el aire porque dependen de comisiones y tardan varios meses en cerrarse. Pero vamos a consultar para saber lo que se ha podido vender ya este fin de semana», asegura.

Usando una terminología análoga, Guillermo de Osma, galerista y presidente de la asociación de galerías Artemadrid, aseguraba que llegaba con «expectativas pacíficas». «Sabíamos que no nos iban a desvalijar el expositor, pero la gran mayoría de las opiniones están satisfechas. Salvando las distancias, creo que en ARCO se está haciendo lo que Rajoy intenta con el país. Una Feria posible y real, con las cosas bien hechas y las posibilidades que tenemos. Sin hacer intentos que no vienen a cuento», señalaba. De Osma corrobora el buen funcionamiento del programa de coleccionistas extranjeros y el sentimiento mayoritariamente elogioso de los participantes. «No se puede decir que todo el mundo, pero sí que la gran mayoría está satisfecha. Esta ha sido una edición que ha funcionado por el trabajo bien hecho».



El tamaño y la polémica

Lo primero que ARCO tenía que resolver es una cuestión de identidad: «Debíamos saber si estamos cómodos con lo que somos», precisa Urroz, que cree que las claves son la calidad de los participantes, la vocación internacional y el enfoque sobre la contemporaneidad. También lamentó que haya quien siga yendo «a ver obras polémicas que monopolizan la atención. Cada uno debería buscar y encontrar la suya».