Artistas

Etología

La Razón
La RazónLa Razón

Han pasado por Barcelona dos investigadores con muy buen porte y corazón, matrimonio además, que aseguran que los chimpancés, maltratados en muchos países, hablan. Modestamente, he de decirle a esta pareja de eminencias que, si hubieran visto alguna vez a unas vecinas que eran hermanas que tenía mi madre en el segundo A, se habrían ahorrado un montón de años dedicados a la observación de estas criaturas, porque hubieran podido asistir a la ceremonia de las reuniones de la comunidad donde una de las monas era jefa de portal y la otra, tesorera, y nos llevaban al bloque entero más derecho que una vela.
Los dos investigadores que se han pasado por Barcelona son canosos con pelazo, psicólogos comparativos, y los dos trabajan en el Instituto de Comunicación entre Humanos y Chimpancés de la Universidad Central de Washington. Dedicarse a lo que se dedican debe de ser, efectivamente, un nexo de unión inquebrantable, que da hasta para casarse y que viene a demostrar la vieja teoría de que, al final, hijos míos, siempre se liga en la oficina, y mucho más rodeado de compañeros engorilaos. Dice esta pareja que es incierto que esta gente animal tan peculiar no sea capaz de hablar, y que, lejos de quedarse ahí, mienten y hacen poesías. Cuentan entre sus experiencias el caso de una primate que, después de seis años de ejercicios, fue capaz de pronunciar las palabras mamá, papá, taza y arriba, que yo entiendo claramente como la constatación, incluso orangutana, de que no hay forma de que ellos bajen la tapa. Cuentan también que fingen, se pelean como todo hijo de vecino con muy malos modales, se llaman sucios los unos a los otros, y que hacen rimas, no muy elaboradas, pero rimas, así que teniendo en cuenta que ayer fue cinco del cinco me temo que fue jornada de juegos florales.
Lee una estas cosas y enseguida cae en que estos macacos podrían hacerse pasar por candidatos sin ningún tipo de esfuerzo añadido, porque intuye una también que la campaña va a ser lo mismo que son las campañas siempre y que es la base del aprendizaje de los usos y costumbres humanos en las monas: una repetición de frases aprendidas, de eslóganes muertos y de consumo interno, de peleas sin nivel y de poco fuste, de envíos recíprocos de bosta, y de algún que otro espectáculo en el que nos entrarán ganas de ponerles a todos ellos un gorrito rojo y de darles unos platillos. Esta medianoche ha comenzado la campaña electoral. El planeta de los simios.