Las mujeres españolas cada vez retrasamos más la edad de traer a nuestros hijos al mundo. No es que no nos gusten los niños o que carezcamos de instinto maternal, sucede que «labrarnos un porvenir», que decían los antiguos, cada vez resulta más difícil y tardamos más en lograrlo. No es que los hombres españoles lo tengan sencillo tampoco, pero, entre que a nosotros nos cuesta más incorporarnos al mercado laboral, que nos pagan menos y que mientras nos encontramos en edad fértil andamos bajo sospecha, no nos quedan ni ganas ni arrestos para tener niños. Así pues, lo vamos dejando y dejando y dejando… Hasta que en ocasiones es demasiado tarde y ya, o los espermatozoides de nuestra pareja están entre estresados y cansados y no aciertan a encontrar el camino, o nuestros óvulos han perdido el interés por que lo encuentren. Así las cosas, cada vez la población española está más envejecida y, aunque se trata de un envejecimiento en mejores condiciones, con hombres y mujeres que pueden aparentar diez años menos, lo cierto es que hay edades a las que no se pueden traer niños al mundo, ni con probeta, y que la mejor edad física, sigue siendo la misma que ahora ya no se considera tan buena ni intelectual ni económicamente.
¿Qué hacer para recuperar el ritmo reproductivo de la población española? La verdad es que servidora no le encuentra solución al asunto, y menos en una España en crisis, donde conseguir un trabajo es un tesoro, tener una estabilidad un sueño y poder traer más de un hijo al mundo casi un disparate.