Castilla y León
OPINIÓN: Violencia sin género
Nuestra autonomía nos invita a sacarle una cartulina roja al maltratador. Se trata de combatir, con todos nuestros recursos expresivos, la mal llamada violencia de género.
La violencia de género es una expresión contradictoria ya que toda forma de violencia es una forma de de-generación humana. El varón que maltrata a una mujer o la mujer que maltrata a un varón manifiestan odio al género de su víctima. La víctima de un maltratador no tiene ya el rostro de un varón o una mujer. No tiene derecho a expresarse en su género masculino o femenino porque el violento le ha privado de ese derecho. Los seres humanos nacemos con el derecho fundamental a expresarnos en masculino o femenino pero necesitamos que ese derecho nos sea reconocido.
Los seres humanos tenemos derechos para poder contraer obligaciones. Y la obligación esencial que contraemos al nacer con derechos consiste en reconocérselos a nuestros semejantes. No tenemos derecho a tener derechos. El que no reconoce el derecho de los demás no tiene derecho a otro derecho que al derecho penal. Los derechos o son de todos o no son de nadie. Por eso es necesario movilizarse contra la violencia sin género, sin razón y sin derecho. Es necesario pero no suficiente. No basta con perseguir el maltrato. Es necesario promover el buen trato.
La violencia entre hombres y mujeres no es una lacra de hoy sino ya muy antigua. Muchos hogares aparentemente felices han dado cobijo a esta clase de violencia. Muchos maltratadores han sido, a su vez, maltratados. La violencia sin género reclama hoy una adecuada educación sentimental. En tanto esta educación no sea una realidad, las cartulinas rojas serán una frivolidad.
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