Redes sociales
Televisión suicida
Vuelve la polémica al emitir Fox News cómo un hombre se quita la vida
Los espectadores estadounidenses, tan acostumbrados a esas impactantes imágenes aéreas de persecuciones policiales, no daban crédito a lo que estaban viendo ayer en sus televisores. El sospechoso, que había ganado unos metros de distancia a la patrulla, bajó de su coche y empezó a correr por un descampado moviéndose torpemente. Mientras, el presentador de Fox News, Shepard Smith, narraba su extraño comportamiento y se preguntaba si estaría bajo la influencia de las drogas, el sospechoso se detuvo, sacó una pistola del bosillo y se disparó en la cabeza. Justo cuando su cuerpo inerte estaba a punto de tocar el suelo, la cadena interrumpió la emisión. Perplejo, el presentador pedía a gritos que quitaran las imágenes mientras entre los sonidos de plató se distinguían varias exclamaciones horrorizadas que reflejaban el espanto de lo sucedido.
Disculpas públicas
Tras la publicidad, Smith fue el encargado de pedir disculpas a la audiencia. «Realmente nos equivocamos. Estamos todos muy tristes. Estas imágenes no deberían haber sido emitidas». Explicó que este tipo de contenidos suelen llevar un retardo de cinco segundos en la emisión para evitar contenidos inapropiados, aunque en este caso no sirvió de nada porque no pararon el vídeo a tiempo. «Personalmente pido disculpas sobre lo que acaba de ocurrir. Eso estuvo mal y no volverá a pasar bajo mi responsabilidad. Lo siento», afirmó el presentador.
Y es que, se le conoce como la pequeña pantalla, aunque ese tamaño no hace justicia a su astronómica repercusión. A Shepard Smith no sólo le jugó una mala pasada el directo, también el tipo de contenidos que emitía su canal y que, pese a no estar prohibidos, son susceptibles de acabar en tragedia. En palabras de Mariano González, portavoz de la Asociación de Telespectadores y Radioyentes, «la ética es un arma tan legítima, necesaria e imprescindible, que debe ser previa a la presión de las leyes». Y añade que imágenes como estas «no aportan nada positivo a la audiencia, salvo incitar al morbo de las conciencias menos sensibles al drama humano». Más allá de la pura curiosidad, los expertos advierten del peligro de estas imágenes en televisión, no sólo por la desensibilización, sino también por el consabido factor de imitación (según el British Journal of Psychiatry impact, el 10% de los suicidios se producen por este motivo). «Hay personas con cierta predisposición, que tienen una serie de ideas subyacentes que, al ver escenas así, pueden hacerles replantearse ese pensamiento dormido», explica la psicóloga Isabel Menéndez, quien advierte de que «la conducta de imitación es más fecuente entre los adolescentes».
Pero no es la primera vez en la que un directo acaba de esta forma. Hace cuatro años, el ex comisario Mario «Malevo» Ferreyra, que estaba condenado por violaciones de los derechos humanos durante la última dictadura militar argentina, se suicidó ante las cámaras de Crónica TV. Cuando la reportera le preguntaba por unas afirmaciones que había hecho, Ferreyra sacó un revólver y se disparó ante los gritos de los presentes. «Terrible situación de vivir, terrible – explicaba la reportera–, la familia quiebra en llanto», continuaba retransmitiendo la horrible noticia que, quizá, ya se había convertido en un duelo íntimo y privado. Sin embargo, si a la presencia de las cámaras aquel día hace cuatro años le añadimos la efectiva difusión que permite de internet, nos encontramos con que estas imágenes pueden perpetuarse en plataformas como Youtube. «Una vez que se suben contenidos a la red el olvido es prácticamente imposible», comenta Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas.
Cuando la muerte salpica la pantalla
Esta semana se dio a conocer un caso de violencia de género en Perú que tuvo como catalizador la participación de la víctima en «El valor de la verdad», versión del programa español «El juego de tu vida», en el que los concursantes responden escabrosas preguntas sobre sus intimidades. La concursante Ruth Thalía Sayas (en la imagen), de 19 años, no minitió en ninguna respuesta y se llevó el bote. Sin embargo, días después su ex novio la asesinó por no repartir el premio con él.
✕
Accede a tu cuenta para comentar