Todo vale

Sabemos que la crisis económica no obedece a la caprichosa fluctuación de los mercados sino a cómo los hombres civilizados tienden a aprovecharse de los más débiles, a menudo vendiéndoles de que lo hacen por el bien común. Edein Wagenhofer nos alertó de esta temible costumbre en «Nosotros alimentamos al mundo», aterrador documental que explicaba el hambre del Tercer Mundo buscando culpables en el Primero.

Es la misma estrategia que sigue este «Vamos a hacer dinero», que funciona como el contraplano de «Capitalismo: una historia de amor» o «Inside Job», miradas acaso más sensacionalistas a esa crisis que sigue mordiéndonos el tuétano. Wagenhofer deja su impronta de autor en su interés por filmar trabajos y paisajes que son reflejo del contraste entre la opulencia y la desolación, y algunas de las entrevistas –en especial las que documentan las hazañas de un sicario financiero y los secretos de un paraíso fiscal– son muy instructivas, pero el resultado final no añade mucho a lo que sabemos por los telediarios.