«El paro vacía cualquier reforma de las pensiones»

«Las pensiones las pagan los que trabajan, no el Gobierno ni los sindicatos, que a ésos les pagamos todos; podemos hablar de jubilaciones antes o después, pero si no hay gente cotizando, si hay 130.000 españoles más en paro que no pagan impuestos de renta, se pueden hacer todas las reformas de pensiones que, en cualquier modo, sólo hay lo que se recauda». Así se pronunció ayer el ex presidente de Endesa en el Primer Foro Empresa y Futuro, organizado por LA RAZÓN y ESIC.

Pizarro, que fue presentado por Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN, instó al Gobierno a que agilice todas las reformas que sean necesarias para que el país vuelva a ser competitivo, lo que a su juicio pasa por tomar medidas en materia educativa, energética y financiera. «Cuanta más gente trabaje y cotice, mejor irá el país», añadió. Y es que, en palabras de Pizarro, «no puedes estar papando moscas mientras el país se te va a paseo. A mí, como español, me ha dado vergüenza cuando se me ha preguntado qué está pasando en el país». Aludió así a Alemania y al ajuste de la economía que su dirigente Angela Merkel realizó antes de llegar la crisis. Por eso crecen ahora un 3,6%, subrayó. «Pero si niegas el problema y dices que no hay crisis, si no analizas el problema y no tomas medidas, no sales. Lo sorprendente hubiera sido que saliéramos así de la crisis», recriminó al Ejecutivo español.

A su juicio, los vectores de salida pasan también por revisar el sistema financiero, advirtió: «Hay que sanearlo, hay que dar dinero a empresas y particulares. Y se sanea aplicando la ley, se interviene y se exigen responsabilidades a quien lo ha hecho mal». En este punto, instó al Banco de España a que exponga, con transparencia, cuál es la situación de cada entidad financiera, cuál es la solvencia de los bancos y cajas españoles, para que «a la que no tenga dinero, se la intervenga», apostilló. «Opere cuanto antes, porque lo vamos a tener que hacer de todos modos», aseguró.

El problema de la inflación
Asimismo, alertó de la sombra de la inflación, y es que para Manuel Pizarro, la crisis española deriva de su adhesión al euro. Para explicar el peligro de la inflación apuntó «el caso arquetípico» de Argentina, que dolarizó su economía: «Compromete a hacer las cosas igual de bien que Estados Unidos, con el que me comparo. Porque si lo hago peor, me va a ir muy mal, los costes serán superiores, tendré una inflación muy por encima, importaré más y la balanza de pagos por cuenta corriente reflejará más pagos al exterior. Como la familia que gasta más de lo que gana». Es decir, generalizó, la inflación será superior a la de los países competidores: «En Argentina se tradujo en devaluar la moneda, pero si en España no puedes hacerlo porque no tienes una moneda única, porque estás en el euro, el resultado es lo que se ha hecho, es decir, bajar un 20% los sueldos, o echar un 20% de la gente a la calle, o reducir un 20% los costes para poder volver a competir». Problema de competitividad, insistió, que solventa el talento, porque España no volverá a competir con precios bajos. «Tremendo que entre las doscientas primeras universidades del mundo no haya ninguna española. Que formes a la gente y que se vaya al extranjero», advirtió. Preocupación por la inflación que también apunta a los mercados: «Esos 200 puntos de diferencia con el bono alemán significan que mientras que un alemán paga un 2% por la financiación, nosotros pagamos un 4%. Eso es inflación». Y la gravedad se acentúa cuando ese diferencial de uno o dos puntos se convierte en un 20% más en 10 años. Problema, por tanto, de inflación y de deuda, de una balanza donde los ingresos pesan menos que los pagos y cuya clave, insistió, apunta a la competitividad.

Soluciones para una crisis que, según el actual socio internacional de Baker & McKenzie, pasan también por la fijación de un sistema energético eficiente que se traduzca en suficiencia, generación, calidad y distribución, además del respeto por el medio ambiente».

Pizarro puso así el acento en que se debe minimizar el riesgo «para que haya energía a un precio adecuado, así como la población tiene que saber y elegir qué energía quiere». Según Pizarro, «o se hace un debate nacional sobre energía o habrá decimales de encarecimiento de inflación».

Alertas constantes sobre la inflación y apuntes optimistas de una crisis de la que «se puede salir». España cogerá la «senda buena», dijo, «las cosas importantes se hacen en momentos de crisis, todas las cosas buenas que he hecho, las hice cuando nadie veía nada», alentó.

Pero apuntó a la seriedad: «No hay viento favorable para quien no sabe dónde va», y salir de la crisis requiere «un funcionamiento eficiente de las administraciones públicas. Un país que tarda 20 años en resolver conflictos no puede funcionar. Con tales problemas de morosidad o con una media de cuatro años para recuperar un alquiler si el inquilino no paga, este país no puede funcionar», alertó. Por último, instó a que se reconstruya el estado de bienestar. A su juicio, tanto pensiones como dependencia, cualquier política que se lleve a cabo, requieren «eficiencia y buena gestión», que no equivale a «despilfarro». La crisis requiere esfuerzo por la competitividad, «por la educación, y la búsqueda de oportunidades», señaló.


«Tienen que salir quienes lo hicieron mal»
- La salida de la crisis exige que «se vaya el que lo ha hecho mal, para que ocupe el puesto quien sí lo hizo bien», advirtió Manuel Pizarro. Añadió que si se continúa financiando a quienes erraron, la salida se retrasará porque supondrá que «se taponen» las vías.
- La necesidad de asentar principios y valores estuvo latente durante todo el discurso del jurista y economista Manuel Pizarro: «El enclaje debe ser de libertad económica y de derechos civiles». Asimismo advirtió de la falta «de liderazgo de los actuales dirigentes europeos, como Aznar o González».
- La educación como pilar fundamental para Pizarro, ESIC y LA RAZÓN. En palabras del Director General de Esic Business &Marketing School, Simón Reyes Martínez, la importancia de la ética, la necesidad de «buenos profesionales y profesionales buenos», en una economía libre y «basada en la confianza, en que la gente cumpla su palabra».