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Jáuregui Jiménez y Caamaño

La Razón
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Ramón Jáuregui
El hombre del proceso de paz

El ministro de Presidencia está llamado a convertise en el hombre de referencia del PSOE en el Congreso de los Diputados en materia de política antiterrorista. Si el nuevo Ejecutivo se lo solicita, pondrá sus conocimientos a disposición del nuevo presidente Mariano Rajoy para conseguir el fin definitivo de la organización terrorista ETA. Además, jugará un papel clave en la sucesión de Zapatero en el partido. Aunque algunos sectores socialistas lo ven como un posible sucesor, él ya se ha autodescartado. Cree que su edad le impide dar la batalla. No obstante, puede ejercer de padrino de Patxi López si, al final, Alfredo Pérez Rubalcaba apuesta por el lendakari vasco como relevo generacional al frente de los socialistas.
Lo que no hizo: reconocer que Rubalcaba no era el mejor candidato del PSOE para las generales.
Lo que no debió hacer: apostar por Rubalcaba ante la Prensa y dar por muerto a Zapatero antes de tiempo.



Trinidad Jiménez

El puente con Felipe González

Se volcará en su actividad parlamentaria y en intentar cicatrizar las heridas de la familia socialista infligidas por una sonada derrota el 20-N. En algunos sectores del PSOE no descartan que se pueda presentar al congreso de febrero. Se trataría de evitar que Chacón y Rubalcaba polaricen el relevo de Zapatero en la Secretaría General del partido. Jiménez cuenta con la simpatía del presidente saliente del Gobierno, pero también con la de Felipe González. De hecho, ella fue la que hizo de anfitriona entre el ex jefe del Ejecutivo y un joven Zapatero. Trinidad Jiménez será recordada, sin duda, por su fracaso frente a Tomás Gómez en las primarias del partido para elegir candidato a las elecciones autonómicas madrileñas.
Lo que no hizo: frenar a Rubalcaba, que la alejó intencionadamente del puente de mando.
Lo que no debió hacer: aceptar presentarse a las primarias contra Tomás Gómez en Madrid.
 

Francisco Caamaño
Un caso de fracasos

Tomó posesión de su acta de diputado este martes pasado. Sin embargo, no descarta regresar a su cátedra de Derecho Constitucional, después de su paso más con pena que gloria al frente del Ministerio de Justicia. De hecho, Caamaño ha perdido la confianza del presidente del grupo parlamentario socialista y candidato a las generales, Alfredo Pérez Rubalcaba. Por si fuera poco, sus apoyos, fundamentalmente el de la ex vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega, hace tiempo ya que abandonaron la primera línea de la política. Francisco Caamaño pasará a los anales de la historia como el primer titular de Justicia que sufrió en propias carnes una huelga de los jueces, convocada por la falta de respuesta de su Departamento a las inquietudes de la carrera.
Lo que no hizo: acometer la modernización prometida de la Justicia española.
Lo que no debió hacer: enfrentarse con los jueces