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No hay tregua ni en verano por Lorenzo Rivarés

La Razón
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El segundo trimestre del año es siempre una época en la que podemos respirar tranquilos en lo que a empleo se refiere. El oasis en el desierto. Desgraciadamente, los datos de ayer, no han supuesto ningún alivio, más bien lo contrario. En plena época estival, con el tirón del turismo, España ha destruido 15.900 empleos, y los parados se han incrementado en 53.500 respecto al primer trimestre del año. En el mismo periodo de 2011 se crearon 156.800 empleos y el paro se redujo en 76.500 personas. A todas luces, la situación es muy complicada y se anuncia un tercer y cuarto trimestres de 2012 alarmantes.

El drama que viven los más de 1,7 millones de hogares en los que todos sus activos están parados es un grave problema que refleja las enormes dificultades por las que atraviesan los ciudadanos por la falta de ingresos en el seno familiar. Nuestros jóvenes, con una tasa de paro del 53,2%, deciden abandonar el país en busca de una mínima oportunidad laboral, que aquí no encuentran. Los extranjeros que llegaron a España hace años, en busca de oportunidades y ayudaron a hacer crecer nuestra economía, también regresan a sus países por la falta de oportunidades.

El Gobierno tiene en sus manos una situación extremadamente complicada, teniendo en cuenta que la amenaza de una nueva recesión se cierne sobre toda Europa. Se han realizado grandes avances para recuperar la confianza internacional perdida, pero aun así el Ejecutivo tiene que seguir apostando por acometer reformas eficientes del mercado de trabajo: necesitamos mayor eficiencia en la flexibilidad externa del mercado laboral, a la vez que tenemos que dedicar más atención a los desempleados para que éstos aumenten su empleabilidad.

El objetivo debe ser que cuando un empresario necesite incorporar varios trabajadores lo haga de manera eficiente y en menos de 24 horas. La meta es que cuando un desempleado reingrese en el mercado laboral lo haga con todas las garantías laborales. En este punto, las empresas de trabajo temporal, ahora también agencias privadas de colocación, tienen mucho que aportar a la eficiencia del mercado de trabajo, a la vez que aportan recursos al Estado al luchar contra la economía sumergida.

 

Lorenzo Rivarés
Portavoz de la AGETT