Cartas tapadas en el PSOE

MADRID- Con la que ha caído, y la de ayer fue una Ejecutiva Federal para la esgrima y el florete. Nadie en el PSOE hizo más autocrítica que la derivada del contexto económico; nadie desveló sus cartas; nadie pidió responsabilidades; nadie se significó en sus declaraciones y nadie se atrevió a decir más que lo obvio: el reconocimiento de una derrota estrepitosa, el análisis de por dónde se habían ido los más de 4 millones de españoles que han retirado su apoyo a la marca PSOE y la necesidad de ir a un congreso que se celebrará, según anunció Zapatero en comparecencia pública, los primeros días de febrero.

Todos los miebros de la Ejecutiva cerraron filas con el candidato, Alfredo Pérez Rublacaba, que según algunos de los presentes, hizo una intervención deliberadamente ambigua de la que no se puede desprender en ningún caso que tenga intención de pelear por el liderazgo del partido. Y tampoco lo contrario, pese a que algunos vieron segundas intenciones en la frase: «Hemos perdido las elecciones, pero tenemos un proyecto sólido de oposición». No estaba en su ánimo dar rienda suelta a la especulación porque si hasta el domingo por la noche Rubalcaba estaba convencido de aspirar al liderazgo del PSOE, la contundencia del resultado le ha hecho reflexionar en este sentido y no tomará la decisión, seguramente, hasta escuchar al Comité Federal que se reunirá el próximo sábado para convocar el congreso federal. Idéntica estrategia siguió durante la reunión Carme Chacón que, como el resto de sus compañeros, hizo una intervención para llamar a la unidad del partido en estos momentos, al tiempo que agradeció la entrega del candidato. Sí deslizó, sin embargo, el dato de que el PSC se había mantenido en Barcelona en un gesto con el que algunos interpretaron que pretendía poner en valor su candidatura. Otros defienden que el resultado de Cataluña, donde el PSC se ha desplomado en favor de CiU que se convierte en primera fuerza después de 30 años, ha invitado también a la ministra de Defensa a la reflexión, y que hoy tiene dudas sobre si debe o no aspirar a la sucesión. Así que el PSOE abre la carrera de la renovación sin candidatos oficiales y tampoco oficiosos. Los que siguen son días para la reflexión.

Y por eso ayer, disuelto ya el Comité Electoral, fue Zapatero quien presidió la reunión de la dirección federal, y compareció ante los medios de comunicación para valorar los peores resultados de toda la etapa democrática del PSOE y anunciar un congreso ordinario que diseñe un nuevo proyecto y eleja una nueva dirección. El presidente, que partició luego en una almuerzo con la Ejecutiva al que no asistieron ni Rubalcaba ni Chacón, claro que es partidario de que el proceso se haga «con democracia y la máxima libertad». Expresó así su deseo «perfectamente interiorizado por toda la dirección del partido» de que el PSOE dé muestras de «sentido pleno de la responsabilidad» y cumpla sus obligaciones al margen de los resultados. El todavía secretario general, que tiene una visión un tanto romántica del XXXV Congreso del que él salió elegido, es partidario de que el cónclave sea lo más abierto posible y que los próceres del socialismo no interfieran. Nada que ver con quienes defienden que el PSOE no puede desangrarse ahora en una batalla interna, y que los notables deben llegar a un acuerdo sobre el nuevo secretario general. En las últimas semanas se ha llegado a barajar la posibilidad de que el congreso federal de febrero elija secretario general y deje para unas primarias que se celebrarían en dos años la elección del candidato a la Presidencia.

El calendario

El futuro del PSOE
1.- La Ejecutiva Federal
decidió ayer elevar al Comité Federal, máximo órgano entre congresos, su propuesta para que el cónclave se celebre en febrero

2.-El Comité Federal
aprobará el próximo sábado la convocatoria de un congreso ordinario, que tendrá lugar los días 3, 4 y 5 de febrero.

3.-El Congreso Federal
Elegirá nuevo secretario general y éste propondrá al plenario una nueva dirección federal para los próximos cuatro años.