Cataluña

Alianzas a la sombra del Estatut

A cuatro meses escasos de las elecciones catalanas, el fallo del Estatut ha dado un giro copernicano no sólo a la escena política de Cataluña, sino también a la de España. El momento elegido por el Tribunal Constitucional para emitir su dictamen ha sido decisivo en la configuración futura de las alianzas políticas.

Alianzas a la sombra del Estatut
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De momento, los partidos nacionales, muy alejados de la cómoda mayoría absoluta, preparan sus uniones venideras en la trastienda, sin dar excesiva publicidad. Si nadie se sale del guión trazado, la jugada puede beneficiar especialmente a los socialistas. Al menos así lo piensan en el Gobierno.ALIANZAS DEL PSOEDe hecho, el Ejecutivo resta importancia a las reacciones airadas contra la sentencia del Estatut. Convencido de que las aguas volverán a su cauce en Cataluña, cree que la publicidad del fallo antes de los comicios catalanes servirá de catapulta a CiU para llegar a la Generalitat, aunque duda de que consiga la mayoría absoluta. Fuentes gubernamentales aseguran a este diario que este nuevo escenario facilitará posibles alianzas del PSOE con los nacionalistas catalanes, en las que ya se está trabajando desde hace tiempo. De hecho, otra fuente del Ejecutivo no descarta que, al final, el PSOE continúe como inquilino de La Moncloa tras las generales, gracias al respaldo de la federación política dirigida por Artur Mas.EL PEAJE DE CIUEso sí, los convergentes han hecho llegar al Gobierno el peaje que imponen si, llegado el caso, se puede diseñar esta alianza. Convergencia ha transmitido la dificultad «casi insalvable» que supone para esta unión que José Luis Rodríguez Zapatero repita como candidato del PSOE a los comicios generales. En principio, esta cita con las urnas toca en marzo de 2012. Sin embargo, algunas voces internas del Gabinete de Zapatero no descartan un adelanto electoral en 2011. Aunque de momento no está decidido, este anticipo sólo se produciría si hay prórroga de los Presupuestos Generales del Estado. En cualquier caso, la salida de Zapatero de la escena política nacional allanaría el camino de una unión con los nacionalistas catalanes. Mas desconfía de él desde que incumplió su promesa en los anteriores comicios catalanes. El presidente dio su palabra de caballero al catalán de que gobernaría en Cataluña la fuerza más votada. Cuatro años después, los próximos comicios catalanes son su última oportunidad. Por eso no está dispuesto a desaprovecharla. Si es necesario votará en contra de los Presupuestos del Estado y dejará caer a Zapatero, «como él hizo con Artur», asegura un destacado líder catalán. MAS, SIN EL PP-CAhora bien, Mas es consciente de que la sentencia del Estatut le impide gobernar de la mano de los populares. «Ni siquiera con apoyos puntuales» como había calculado hacer. Por otro lado, CiU, formación que ha demostrado su sentido de Estado, se nutre, en parte, de «vender» a su electorado los éxitos logrados en España en forma de mayor autogobierno. Por tanto, el acuerdo con los socialistas está prácticamente garantizado, según los nacionalistas. Eso sí, siempre que sean la fuerza más votada en las generales.OXÍGENO AL PSCComo botón de muestra, el guiño realizado por el presidente del Gobierno a Cataluña en el debate del estado de la nación estaba dirigido directamente a CiU y no al PSC, como se podría pensar. «Ahora a ver qué hace Durán», comentó un alto cargo del Ejecutivo, en el momento en el que el portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados subió a la tribuna parlamentaria. Sin embargo, este noviazgo deja en mal lugar a los socialistas catalanes. De hecho, en el Gobierno se da ya por amortizado a José Montilla. Pese a ello, la entrevista de este miércoles en La Moncloa supondrá un balón de oxígeno que intencionadamente le brinda Zapatero. Por un lado, el presidente necesita para convencer a su futuro aliado demostrar que lucha por conservar la letra y el espíritu del Estatut. Por otro, es imprescindible que CiU no logre la ansiada mayoría absoluta en las urnas, algo que sólo se puede impedir si el PSC no sale muy mal parado en los comicios de otoño.LA HOJA DE RUTA DE ERCEn este juego de alianzas, Esquerra diseña también su «hoja de ruta», después de dar por descontado que el resultado electoral no permitirá la suma aritmética para gobernar con el PSC e IC-V. Ahora se dedica a soltar lastre y a marcar distancias con sus socios gubernamentales. De hecho, los republicanos consideran que ha llegado la hora de pasar página y de caminar hacia un Estado federal real. Sin embargo, esta formación está dividida sobre la estrategia futura a seguir. Un sector de ERC no ve con malos ojos un acercamiento a CiU para constituir un bloque nacionalista «potente», que «luche por conseguir mayores cuotas de autogobierno y camine hacia la independencia». Pese a ello, otro sector recuerda la experiencia pasada y cómo ERC casi desaparece del mapa político catalán por pactar con CiU.