Barcelona
Rajoy: «Apelo a todos los que piensan que es el momento de actuar»
Ha aprendido de su padre a valorar y escuchar los argumentos del otro. Estudió Derecho, vivió la Transición y la política le llevó de Santiago a Madrid. Sabe que España se encuentra en una encrucijada esencial
Soy Mariano Rajoy, español y gallego nacido en Santiago hace cincuenta y seis años. Estudié en un colegio público y en otro privado, en pueblos de Galicia y en León, aunque mi pequeña patria y la de mi mujer, Elvira–Viri–, está en Pontevedra y la zona de Sanxenxo. Nos casamos en la isla de La Toja, y de allí me fascinan sobre todo la inmensidad azul del mar y las mañanas con nubes y luego tan diáfanas.
Mi padre, por quien tengo una devoción especial y ha sido un ejemplo permanente en mi vida, ejercía de juez, y de él heredé un sentido muy marcado por el respeto a las reglas, el sentido de la justicia y el esfuerzo. Desde joven, me ha apasionado la historia de España y creo profundamente en mi país; disfruto con su inmensa variedad y riqueza.
Mis padres me educaron siempre con gran libertad. Cuando tenía dieciséis años, unos amigos queríamos ir a Ibiza con mi primo y otros tres amigos de Pontevedra. Nos atraía ir en autostop hasta Barcelona y luego pasar en barco toda la noche, en el trayecto de Barcelona a Ibiza. Recuerdo que le dije a mi padre que me hacía mucha ilusión ir, y él me respondió, con el ceño fruncido, que no le parecía bien; aquello que para nosotros era una gran aventura no era entonces tan habitual. Después de hablar conmigo me dijo que, si quería ir, hiciera lo que quisiera, y me dio algún dinero. Al final, nos fuimos, en contra de su criterio, pero tras haberme explicado sus razones y yo a él las mías. Siempre he valorado mucho la reflexión, conocer los argumentos de los demás, actuar con responsabilidad personal. Recuerdo que estuvimos acampados en San Antonio Abad.
La tradición familiar y mis propios intereses me llevaron a estudiar Derecho y luego a preparar las oposiciones a registrador de la propiedad. Mientras estudiaba en la Universidad de Santiago, viví con gran intensidad el cambio político y el inicio de la Transición, que me hicieron plantearme la posibilidad de dedicarme a la política. Después hice el servicio militar en Valencia, pocos meses antes de que estallara el intento de golpe militar de 1981. A la vuelta a tierras de León y Galicia para ejercer mi profesión, un grupo de amigos me animó a presentarme como candidato a unas elecciones, sin que en realidad hubiera muchas posibilidades de obtener un escaño. Fui un muy joven diputado autonómico en el primer Parlamento de la historia de Galicia, y después concejal y presidente de la Diputación de Pontevedra a los veintiocho años. Recorrí muchas veces los sesenta y dos municipios de esa provincia. Después, fui elegido diputado en el Congreso, luego regresé a la Xunta de Galicia como vicepresidente, hasta que una moción de censura hizo que volviera al registro. Más tarde, me fui a Madrid y ya me quedé.
Ahora soy presidente del Partido Popular y entre medias he sido ministro varias veces. Me gusta andar, leer, y veo muy pocas veces la televisión, excepto los deportes, que son mi gran afición. No me importaría que mis hijos se dedicaran a la política, si ellos así lo decidieran. Lo importante, como siempre en la vida, es decidir libremente, después de estudiar los pros y los contras. Mi filosofía personal se resume en tener sensatez, razonar, pensar las cosas con calma e intentar entender al otro, hablarle de lo que nos une más que de lo que nos separa.
He tenido la oportunidad de vivir muchas experiencias políticas y personales en estos años, he sido vicepresidente del gobierno, he gestionado y resuelto crisis y dificultades de todo tipo, y me gustaría que todo este bagaje pudiera ser ahora útil a mi país, en este momento tan crítico y tan preocupante en la historia de España.
Crisis de actitudes
En este libro quiero hablar de todo esto con más detalle, exponer ante un público amplio cuáles son mis ideas sobre el presente y el futuro de España, las líneas fundamentales de una alternativa necesaria. Cómo salir de la situación actual y definir nuestro futuro.
La crisis, no sólo económica, sino también política y de actitudes de fondo, ha alcanzado tales dimensiones que me parece necesario dirigirme a todos. Somos una mayoría de españoles los que pensamos que es imprescindible, urgente, cambiar el rumbo, que las cosas no pueden seguir como hasta ahora. Tampoco es cierto que la política no pueda hacer nada. Hay muchas personas que se han sumado a los que hace tiempo que venimos diciendo basta.
Basta a seguir anclados en la crisis, a perpetuar nuestra debilidad económica y a seguir admitiendo que nuestro país dilapide continuamente sus energías, sus grandes capacidades.
Basta a permitir que sigan deteriorándose las condiciones básicas de la vida de tantos españoles. Basta también a la pérdida permanente de nuestra credibilidad internacional, al desgaste del Estado y las instituciones.
Demasiado a menudo hemos evitado ponernos delante del espejo de nosotros mismos y sin subterfugios decir claramente qué es lo que nos pasa. Lo que propongo es que dejemos ahora de lado esos argumentos superficiales con los que a menudo intentamos enmascarar la realidad. Pretendo que estas páginas ayuden a superar la falta de claridad para analizar dónde estamos, con qué medios contamos y qué es lo que resulta absolutamente necesario para que dejemos de discutir sobre lo accesorio y nos concentremos en lo esencial.
España tiene los recursos para superar esta fase crítica. Hace falta un gran acuerdo entre todos. Un gran acuerdo para superar esta grave crisis y para garantizar nuestro futuro.
Hace falta integrar, integrar a todos los que quieran ayudar a sacar al país de la situación en la que nos encontramos.
Hablo de una nación con una larga historia, de un país lleno de diversidad. Hablo de la España que quiere vivir sin enfrentamientos estériles y prosperar, de todos los que queremos que nuestros hijos puedan seguir teniendo la expectativa de vivir en una España que mejora y les ofrece más oportunidades con el paso del tiempo. No en un país que les cierra las puertas, que limita sus posibilidades de desarrollarse, que, en vez de avanzar, retrocede.
El momento de actuar
Estamos ante una encrucijada esencial de nuestra historia. O recuperamos el pulso o podemos acabar siendo un país marginado, irrelevante. En 2004, cuando nosotros nos despedimos del gobierno, éramos la octava economía del mundo; en 2010 habíamos descendido al duodécimo puesto, y las expectativas de seguir bajando son desgraciadamente muy reales.
De todo esto quiero escribir en este libro: del deber que todos tenemos para lograr una cultura del esfuerzo, del trabajo bien hecho, de la austeridad y el ahorro, de la preocupación por el otro; de generar entre todos una respuesta eficaz frente a la pasividad y la inoperancia; de cómo levantarnos y volver a avanzar hacia adelante.
Hay soluciones. Y al mismo tiempo tenemos que marcarnos objetivos ambiciosos, porque en el mundo global actual, el que no avanza retrocede inmediatamente. La competencia mundial es una realidad dura, pero debe ser también un acicate permanente.
Éste es nuestro desafío, y de eso tratan estas páginas.
Apelo en ellas a todos los que no están dispuestos a conformarse con la situación actual, a los que están dispuestos a entrar en un diálogo sobre lo que a todos nos interesa: sobre el bienestar y el futuro de cada uno de nuestros conciudadanos.
Apelo a todos aquellos que piensan que ahora es el momento de actuar.
Pensamientos, recuerdos y experiencias
«Tomé la decisión de escribir "En confianza"en julio de 2010, y a lo largo de este último año he ido arañando horas a mis vacaciones en Sanxenso y a mi agenda de trabajo para ir dando forma y contenido a este libro. No ha sido fácil para alguien que ha leído más que ha escrito a lo largo de su vida, pero ahora, en el momento de ver la obra terminada, tengo que reconocer que este arduo e inédito ejercicio me ha servido de mucho para ordenar pensamiento, recuerdos y experiencias acumuladas a lo largo de mis años de vida.
Quiero en este punto agradecer a mi secretaria, Ketty, su paciencia y acierto a la hora de descifrar mis notas manuscritas, así como a los colaboradores y amigos que me han echado una mano en la tediosa comprobación de datos, fechas y recuerdos compartidos».
«En confianza» lo publica la editorial Planeta y estará a la venta a partir del 6 de septiembre.
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