Lisboa

Fitch entierra a Grecia

Definitivamente, las agencias de rating se están vengando de la Unión Europea (UE). Y con saña. Tras el aluvión de críticas comunitarias contra sus procedimientos y los momentos elegidos para publicar sus calificaciones, el martes Moody's hundió a Irlanda en el nivel del «bono basura» y ayer Fitch, la menor de las tres grandes, se cebó con Grecia al señalar que «contempla la posibilidad real» de impago de su deuda.

Variaciones de la Bolsa de Comercio de Atenas - Foto: Efe
Variaciones de la Bolsa de Comercio de Atenas - Foto: Efelarazon

Fitch es la primera que sitúa el rating heleno en el tercero de los cuatro niveles (desde «B+» hasta «CCC») que manejan estas compañías. Por debajo queda sólo la cota de las «D», tres escalones que hablan de «default» (quiebra), alta probabilidad de impago y pocas posibilidades de recuperar la inversión.

«Esta rebaja del rating refleja la ausencia de un programa de la UE y el FMI nuevo, creíble y totalmente financiado, junto a la elevada incertidumbre sobre el papel de los acreedores privados en cualquier futura financiación, así como las débiles previsiones macroeconómicas de Grecia», asegura Fitch en su nota.

La agencia reconoce que «un ‘default' es una posibilidad real» y, de esta forma, abre la puerta a un posible recorte de la solvencia de la economía helena hasta el último nivel posible: la quiebra. Fitch se suma así a la opinión de S&P, que reveló hace dos semanas que el plan de la UE para rescatar a Grecia no es otra cosa que una quiebra selectiva.

En realidad, lo que dicen las agencias de rating es algo que todos los dirigentes de la UE saben, pero ninguno se ha atrevido a decirlo en público para salvaguardar la estabilidad de los mercados. En otras palabras, estas compañías dicen lo que no dicen los políticos y por eso hacen tanto daño. Y más ahora, ya que la UE ha anunciado que prepara un regulador que vigile su trabajo y ha criticado con dureza su labor.

Sueño del periférico rescatado
Pese a que su credibilidad haya sido puesta tantas veces en tela de juicio, son las únicas empresas que se dedican a calificar la solvencia de los emisores. Si los periféricos rescatados soñaban con volver a los mercados para lograr financiación, que se vayan olvidando. Ni el oráculo de la solvencia ni los propios inversores se lo van a permitir en mucho tiempo. Según el FMI, hasta 2014, pero el mercado augura que se quedará corto.

El FMI dijo ayer que Grecia necesitará 71.000 millones de euros adicionales de la UE y unos 33.000 millones de acreedores privados antes de poder regresar a los mercados, dentro de tres años. Además, el jefe de la misión del organismo para Grecia, Poul Thomsen, dijo ayer, en línea con lo señalado por la directora gerente, Christine Lagarde, que el Fondo no tiene previsto de momento participar en el segundo rescate.

La historia interminable
La salvación de Grecia va camino de convertirse en la historia interminable de la crisis de deuda en la UE. La diversidad de opiniones sobre el procedimiento a seguir en la nueva asistencia financiera a la economía helena impide solucionar el problema. Las reservas de Alemania sobre el segundo plan de rescate de Grecia no permitieron ayer la convocatoria para el viernes de una cumbre extraordinaria de los países del euro para tratar de frenar el recrudecimiento de la crisis de deuda. Todo apunta a que la reunión podría retrasarse como mínimo hasta el fin de semana.

Sin embargo, el portavoz del Ministerio alemán de Economía, Martin Kotthaus, admitió que el Gobierno de Berlín está dispuesto a derribar sus «tabúes» y permitir que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera compre bonos de los países en crisis de deuda.
El mercado cotizó ajeno a la rebaja de rating de Fitch, que se conoció tras el cierre, y las principales plazas prolongaron las subidas de la víspera, a excepción de Lisboa y Atenas, que cayeron. Las primas de riesgo apenas variaron.