Ocho años y 21 millones después

Sevilla- Al mediodía, Del Nido aseguraba en Valencia que el acuerdo tripartito era un hecho desde hacía «más de 24 horas y sólo se esperaba su desvinculación del Atlético de Madrid para oficializar el traspaso». Lo que hizo la web del Sevilla al filo de las tres de la tarde, cuando Reyes ya tomaba el AVE que habría de trasladarlo hasta Santa Justa, a media hora escasa de su casa de Utrera.

Los datos de la operación son de dominio público. Reyes, que será presentado hoy y lucirá el dorsal 21, firma hasta junio de 2015, cuando le faltarán apenas dos meses para cumplir 32 años. El Sevilla le paga al Atlético de Madrid algo más de tres millones, es decir, veinte menos de lo que cobró cuando «La Perla» se marchó al Arsenal, en enero de 2004. La manzana de la discordia con su antiguo club, los dos millones que le adeuda, se repartió casi al cincuenta por ciento, pues el futbolistas perdonará alrededor de 800.000 euros.

La trayectoria de Reyes, cuya estación de inicio y fin será el Sánchez Pizjuán, es la de un talento desmesurado que siempre ha dado la sensación de no explotar en toda su intensidad. Pese a ello, ha sido protagonista en los títulos que ha logrado con sus cuatro clubes (Arsenal, Real Madrid, Benfica y Atlético de Madrid), aunque no terminó de arraigar en ningún destino ni tampoco en la selección, con la que acumula 22 participaciones y cinco goles.

Desde su llegada a Londres, levantó sospechas un entorno familiar muy cerrado, asfixiante por momentos, y tampoco ayudó el carácter disperso de un chaval que, en el fondo, nunca se encontró cómodo lejos de su tierra natal. Una enfermedad de su padre ha sido la excusa a la que se ha agarrado Reyes, recibido a pie de tren por doscientos enfervorecidos sevillistas, para no demorar más su regreso. El dinero de su venta abrió una etapa gloriosa en el Sevilla; la que debe ayudar a prolongar su vuelta.