Cataluña

Una consulta bajo sospecha

La consulta de la Diagonal va camino de convertirse en un cuento de Kafka que resta credibilidad al proceso.

Alberto Fernández entrega su DNI a una de las funcionarias del centro cívico del barrio de la Teixonera, poco después el ordenador le revelaría que alguien había votado por él en la consulta sobre la Diagonal
Alberto Fernández entrega su DNI a una de las funcionarias del centro cívico del barrio de la Teixonera, poco después el ordenador le revelaría que alguien había votado por él en la consulta sobre la Diagonallarazon

BARCELONA- Con cara de pasmado, asombro e incredulidad se quedó ayer Alberto Fernández cuando le dijeron que no podía votar en la consulta sobre la reforma de la Diagonal porque ya lo había hecho. El presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona convocó ayer a la Prensa en el centro cívico del barrio de la Teixonera , donde pretendía votar a favor de la opción C, la que rechaza las dos propuestas del alcalde, bulevar y rambla. Pero cuando fue a votar, el ordenador no le dejó, al parecer, porque ya lo había hecho, concretamente «el martes a las 12.23 horas de la mañana», le dijo una de las funcionarias. La expresión de sorpresa de Fernández era indescriptible. El concejal popular decía que era «imposible» que hubiera votado a esa hora, porque estaba en el Parc Central del Poblenou, precisamente, en otra rueda de Prensa. Lo primero que se le pasó a Fernández por la cabeza fue que su hijo pequeño le había gastado una broma. Le llamó para comprobarlo, pero la respuesta fue negativa. Mientras el concejal del PP se dirigía a la oficina técnica del Ayuntamiento para pedir explicaciones, salió el autor de delito.Cómo se fraguó el delitoEn el confidencial digital www.directe.cat, un anónimo explicó que consiguió el DNI de Alberto Fernández «haciendo un Google». En una respuesta a unas alegaciones del PP encontró el DNI de Alberto Fernández . La fecha de nacimiento la consiguió en la web oficial del político. Tras introducir el DNI, el nombre y la fecha de nacimiento del popular, el usurpador aceptó una «declaración de responsabilidad», donde asumió que no está suplantando a nadie y acepta que conoce las consecuencias judiciales. Pasada esta «barrera», pidió la clave a través de su móvil para votar y eligió la opción C, al menos respetó la opinión del líder popular. El anónimo quería demostrar que el sistema de votación no es seguro. Lo consiguió, pero la jugada le puede costar cara. El Ayuntamiento y el mismo Alberto Fernández presentaron una denuncia por usurpación de personalidad, falsedad de documentación y revelación de secreto. Las empresas responsables de la plataforma de voto, Indra y Scytl, buscan el IP del ordenador desde donde votó el falso Alberto Fernández y su móvil para desenmascararlo. Tras conocerse los hechos, el auténtico Fernández pudo votar, evidentemente, por la opción C. Desde el gobierno municipal, Jordi William Carnes admitió que el sistema de votación electrónico, precisamente, «porque es pionero, tiene errores». «También se registraron fallos en las elecciones de 1977 y 1979», argumentó. Aseguró que no hay constancia de más casos de suplantación de identidad en la votación, pero llamó a los ciudadanos a denunciarlos si los hay. Y Hereu no votóLa historia kafkiana protagonizada por el popular no fue la única del «vodevil Diagonal». El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, confesaba ayer que el lunes por la mañana, cuando fue a hacerse la foto votando en Les Corts, no votó. Fue una víctima más de los fallos del sistema informático, pero en vez de denunciarlo, calló e hizo ver que había participado. Por la tarde, «repetí la votación, sin ninguna incidencia», confesó ayer. «Había votado incorrectamente y después tuve que confirmar el voto en el sentido que yo había querido expresar», explicó Hereu. Pero el sistema se «colgó» y un técnico le propuso que dijera que la votación había ido bien cuando no era cierto. Mientras, el cuarto teniente de alcalde, Ramon Garcia-Bragado insistía por la mañana en que el alcalde votó, Carnes dijo que se calló para dar al proceso un aire de normalidad. Su mentira piadosa daría aire de todo menos de normalidad a la consulta.