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Cuestión de sentidos por Marina CASTAÑO

Cuestión de sentidos por Marina CASTAÑO
Cuestión de sentidos por Marina CASTAÑOlarazon

Estamos concebidos para apreciar las cosas buenas de la vida –también las malas– con los cinco sentidos. Comemos y bebemos con los cinco sentidos o sentimos la muerte de un ser querido con los cinco sentidos, trabajamos con los cinco sentidos, y, como no podía ser de otra manera, amamos con los cinco sentidos. Algunos más desarrollados que otros, los cinco sentidos son los que nos ayudan a que la vida nos resulte tremendamente agradable o tremendamente odiosa. Sin embargo, hay quienes nacen sin uno o más de esos sensores, o un accidente les provoca que dejen de funcionar, y para ello muchos ingenian medios para que esa carencia se suavice con mecanismos que permiten acceder a placeres que quedan vedados con la ausencia de la vista, por poner un ejemplo. Creo que la escritura braille es un medio magnífico para que los invidentes puedan disfrutar del privilegio de la lectura. Y, precisamente, inspirado en este mecanismo, aparecen esas imágenes en relieve de cuerpos desnudos, con todas las formas, para que quienes no pueden ver, con el tacto aprecien estas revistas eróticas, objeto hoy de nuestra página de sexo, y que antes sólo existían en las mentes de los ciegos. Hace años, descubrí el museo Tifológico, un organismo de la ONCE, donde quienes carecen del sentido de la vista captan el fondo de obras de arte a través del tacto. ¿Por qué no disfrutar del erotismo y sus figuras sinuosas con su texto en braille? Me gusta el nombre del proyecto, «mente táctil»; me gusta también la perfección con que serán esculpidos esos cuerpos... Puesto que todo está en nuestra mente, ¿por qué permitir que se exciten con anatomías perfectas, aunque la realidad sea muy otra?