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Crítica de cine

Brotes verdes desde un lejano planeta

No todos los anillos de poder son cosa de hobbits y elfos. Allá por 1940, apareció un superhéroe que ha acabado por formar parte del universo de la editorial DC y que canaliza su poder con un anillo. O más bien, todo un ejército, ya que los Green Lantern Corps, creados en el planeta Oa por los milenarios Guardianes, forman un cuerpo de policía estelar que combate el mal por el cosmos, cada uno en su cuadrante.

 
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Controlan la energía verde de sus anillos con la mente, y con éstos pueden volar y crear formas sólidas –armas, escudos, etc.–, aunque han de recargar su bisutería espacial en sus linternas. El «boom» de adaptaciones cinematográficas de cómics empujó a DC a no dejar en la cuneta a este galáctico, paradójicamente un «segundón», aunque entrañable y querido, eso sí, por una legión de fans. «Green Lantern (Linterna Verde)» llega hoy a nuestras pantallas, con la firma de un director solvente, Martin Campbell, pero con cierto aire naif, casi palomitero.

Sarcástico y bromista

Ryan Reynolds, su protagonista, explicó en Madrid que se lo pasó en grande en el rodaje: «Estaba todo el día colgado de alambres por el aire». A pesar de que, reconoce, apenas conocía al personaje: «Leí algunos cómics, los que me recomendó Geoff Jones; me gustó más Guy Gardner, hubiera preferido que fuera él el protagonista, es muy divertido», reconoce sobre otro de los portadores del anillo (que han sido hasta cinco humanos). El actor asegura que ve a Hal Jordan «como un tipo que puede contar un chiste, combatir al malo y llevarse a la chica». Se refiere, respectivamente, al ente de energía Parallax, ayudado por su secuaz terrestre, un deforme Peter Sarsgaard, y a las curvas de Blake Lively. Y añade el actor: «Me gusta trabajar con géneros en los que puedo ser un poco sarcástico. En esta película no queríamos hacer "El Caballero Oscuro", sino algo que pareciese arrancado directamente de las páginas de un cómic». Y es rotundo sobre si nos harían falta hoy en día superhéroes: «Sin duda. Estamos jodidos».