Écija sufre su peor inundación en 13 años por la crecida histórica del Genil

Los 107 litros por metro cuadrado que cayeron en sólo doce horas –durante la noche del lunes y la madrugada del martes– en la sierra de Córdoba, donde nace el río Genil, propiciaron la crecida del mismo, que llegó a alcanzar la mayor cota histórica –7,30 metros de altura– a su paso por la localidad astigitana, anegándose el 30 por ciento de su casco urbano.

Como consecuencia de ello, cuatro enfermos ingresados en el Hospital de Écija tuvieron que ser desalojados al inundarse la planta baja, siendo dos de ellos trasladados al de Osuna y los otros dos dados de alta. Además, diez de los 3.000 afectados debieron ser acogidos en el colegio Blas Infante del municipio.

A las 23:48 horas del lunes se activó el Plan Provincial de Emergencia, cuyo comité asesor en el Ayuntamiento de Écija –presidido por la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Carmen Tovar, e integrado por el subdelegado del Gobierno, Faustino Valdés; el alcalde de la localidad, Juan Wic; y los delegados provinciales de Salud, Cultura, Medio Ambiente y Obras Públicas, así como los cuerpos operativos movilizados– mantuvo en la jornada de ayer varias reuniones ante la magnitud de la catástrofe. También el consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro, comprobó en persona los daños ocasionados.

La dirección del plan recomendó a los afectados que permanecieran en las plantas altas de sus viviendas, dada la complejidad de las maniobras de evacuación. Un total de 242 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias –«armados» con 77 vehículos– se desplazaron hasta Écija para participar en el dispositivo –integrado por Policía Local, Policía Nacional, Bomberos, Protección Civil, Guardia Civil y agentes del Plan Infoca–, evacuando a 28 personas que habían quedado aisladas en una urbanización al norte de la localidad y rescatando a otras tres de un polideportivo.

Antecedentes
Los vecinos se afanaban ayer en limpiar calles, viviendas y comercios perjudicados por las fuertes precipitaciones –que no es la primera vez que causan estragos en este municipio, pero que no propiciaban una situación tan crítica desde diciembre de 1997–, lamentando la «rapidez» con la que subió el nivel del agua, sin dar prácticamente tiempo a la reacción.
Otras localidades de la provincia se vieron afectadas por las fuertes precipitaciones. En Constantina, unas 80 viviendas sufrieron daños y diez familias fueron desalojadas; en Lora del Río, el desembalse de los pantanos anegó varias casas, mientras que la Delegación del Gobierno estableció a última hora de ayer un Puesto de Mando Avanzado ante la crecida del Guadalquivir. Por su parte, Protección Civil anunció que mantendría durante toda la noche la vigilancia en otros municipios ribereños, como Peñaflor, amenazados por dicha crecida.