Andalucía
Los barones del PSOE conciertan un medido reproche al socialismo catalán
El presidente confiesa su inquietud por Cataluña hace una semana, pero dice que ahora es «optimista».
MAdrid- Dos asuntos centraron ayer el Comité Federal del PSOE que cerró una intensa semana política: reformas económicas y sentencia del Estatut. Y como hace años que en el máximo órgano entre congresos no hay una voz más alta que otra ni una enmienda a la totalidad, ayer no fue una excepción. Zapatero, que se afanó sobre todo en explicar el contenido y alcance de sus reformas económicas, y proclamó que la columna vertebral de su proyecto sigue siendo la política social, recibió sin demasiado esfuerzo el aval de los suyos en este campo (pensiones, reforma laboral y financiera y ajuste fiscal). Ahora bien, cuando se entró en el asunto catalán sí se percibió un medido reproche al PSC –que no al presidente–, una tibia crítica a su reacción a la sentencia del Estatut y las calculadas declaraciones de varios barones para llamar la atención de los de Montilla e invocar el interés común. Lo primero que chirrió de la jornada fue la presencia de José Bono en el cónclave, pues hacía mucho tiempo que no asistía. El presidente del Congreso se prometió a sí mismo hace años, probablemente desde que perdió el XXXV Congreso Federal de 2000, no hablar, aunque asistiera, en los comités federales. Aunque ayer tampoco lo hizo, sí estuvo presto a declarar ante los micrófonos nada más llegar a la calle Ferraz para marcar distancias con los planteamientos identitarios de sus colegas catalanes y para insistir en que él no pertenece «al grupo de socialistas que quiere imitar a los nacionalistas e incluso superarles». Dijo lo que dijo, escuchó el discurso inicial de Zapatero y marchó, acompañado del presidente castellano-manchego que, en contra de lo que es habitual en él, decidió no pedir un turno de palabra. «Motivos familiares» esgrimieron los suyos para justificar la marcha tempranera.Quién también quiso marcar distancias con el PSC fue el ya saliente presidente asturiano que, a la entrada de la reunión, declaró que los «problemas fundamentales» que hoy tiene España van en otra dirección, «distinta a la sentencia del TC sobre el Estatut». Mucho más claro en su toque de atención al PSC fue el extremeño Guillermo Fernández Vara cuando dijo –él sí lo hizo dentro del cónclave– que «igual que el PSC nos pide un esfuerzo para que le entendamos, yo les pido a ellos que nos entiendan a nosotros. No estamos aquí para resolver nuestros problemas, sino los de la gente». La del extremeño, cuentan los presentes, fue de las intervenciones más aplaudidas. También la del vasco Patxi López, que advirtió a Zapatero del riesgo de que regresen con fuerza en Cataluña y en el País Vasco las «reivindicaciones nacionalistas» de corte «soberanista». López juzgó conveniente la implicación de los nacionalistas en la gobernabilidad de España, pero también precisó que no iba a consentir que «el PNV pise a los socialistas vascos». De ahí que invocará fórmulas «compatibles para los intereses de Euskadi y del conjunto de España».Por el PSC tomó la palabra Daniel Fernández, y no José Zaragoza como acostumbra en ausencia de Montilla. Este extremo también sonó a una calculada puesta en escena del acercamiento entre PSOE y PSC de las últimas horas. Fernández se mostró conciliador, habló del proyecto de todos y compartió las palabras de Vara.Todo esto ocurrió después de que Zapatero diera, como siempre, una de cal y otra de arena, defendiera la coherencia de los principios socialistas, hablara de la unidad y la diversidad, y dijera que la buena «convivencia es inseparable del respeto a la identidad de Cataluña». Eso antes de reafirmar la fortaleza de la Constitución y el respeto al TC y de que se erigiera en «eje y vértice de la integración de España». Al final, en la réplica, confesó que hace una semana estuvo preocupado por Cataluña y que hoy «estaba optimista» y que el destino del socialismo era «forjar el entendimiento entre todos los españoles».Ajuste fiscal para aportar según se tenga- ¿Algún ajuste fiscal? Sí, en los Presupuestos. Ésa fue la respuesta que dio Zapatero, a puerta cerrada, cuando se le preguntó si haría o no una reforma fiscal. No concretó más que para decir que «se aportará según se tenga».- Si alguna crítica recibió el presidente del Gobierno fue la del secretario de organización de Andalucía, Rafael Velasco, que en ausencia de Griñán rechazó con dureza la Ley de Cajas y la adjudicación de Caja Sur a BBK.- La corriente de opinión Izquierda Socialista no votó la resolución política que avaló las reformas y los ajustes del Gobierno.- El Comité Federal abrió también el proceso para elegir candidatos para 2011.
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