Londres
Taekwondo/ Tras la medalla a por las hamburguesas
LONDRES- Joel González y Brigitte Yagüe llegaron a la Villa Olímpica a las tres de la mañana y se tumbaron en el sofá, contentos, cada uno con un metal al cuello, de oro el de él y de plata el de ella. Reflexionaron sobre lo que habían conseguido: «Hablamos de que cada vez que nos tocaba competir el mismo día, sacábamos medalla», desveló Joel. Y la racha no se cortó. Incluso pensaron en «irse de fiesta», pero la celebración queda pospuesta hasta que compita el tercer olímpico del equipo, Nicolás García, que lo hará hoy en la categoría de 80 kilos. Respetaron al compañero, pero sí tuvieron su festín particular. Deben ser tan estrictos con el peso que tienen que controlar todo lo que comen. «Lo mejor fue poder ir al comedor de la Villa. Reventamos el McDonalds», afirmó Brigitte. Joel es pura fibra, tan delgado que incluso la ropa parece que le está grande. «Pero como, claro. Si no, no se puede pelear. Es mi complexión. De normal peso 61 y para competir sólo pierdo tres kilos», dice. Tiene 22 años, pero con el triunfo en Londres completa un ciclo olímpico perfecto: dos mundiales, dos europeos y oro en los Juegos. Eso sí, una vez se peleó en una discoteca y le pegaron, como reconoció entre risas. «El taekwondo no es un deporte violento, todo lo contrario», asegura. «Significa camino espiritual del pie y del puño», dice el técnico Jesús Tortosa.
El teléfono de Brigitte, la chica que empezó por las películas de Van Damme, «tenía más de 400 whatsapp y mil e-mails». Pensó en dejar la alta competición por una lesión en una mano que no se curaba. Fue en 2009. Volvió para ganar otro Mundial ese año y para ser subcampeona olímpica. «El año que viene quiero ser mamá. Después, continuaré», confesó. Su siguiente sueño es otro: hacer el saque de honor en el Santiago Bernabéu. Pero antes incluso tiene una juerga pendiente con sus compañeros.
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