Copa Confederaciones
La deuda italiana por Julián Redondo
Según el acervo popular, cuando se trata de honra hay que hablar de cintura para arriba, y si es de honestidad, de cintura para abajo. Bien, entonces, ¿cuál fue el comportamiento de España en el partido con Croacia? Muchos opinan que hizo el panoli por no dar por saco a los italianos; lo justo es reconocer que fue honrada, porque mantuvo su dignidad intacta, y honesta, porque actuó con rectitud. En suma, fue decente. Y al no caer en la tentación del cambalache o el compadreo, permitió que Italia llegara a la final, e Italia ha llegado. Después de empatar con España y con Croacia, de ganar 2-0 a Irlanda y de cumplir el trámite en la primera fase, en cuartos eliminó a Inglaterra en la tanda de penaltis y en semifinales venció una vez más a Alemania. Fue un triunfo justo, el de un equipo de adultos que compitió contra otro de juveniles, animoso, vehemente y desarbolado frente a la primera ráfaga del atrabiliario Balotelli. La escuadra de Prandelli se ha sobrepuesto a los escándalos del Calcio y ha crecido en silencio, impulsada por la limpieza de sangre del combinado español. La «Azurra», que demostró menos fatiga contra los alemanes que «La Roja» ante los portugueses, es rival de cuidado; pero tiene una deuda con España, y no es la de Croacia sino la histórica. Ya va siendo hora de que pierda, no lo hace desde 1920.
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