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Maniobra sorpresa ante una posible condena

La Razón
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Madrid- Entre la batería de cuestiones previas que el abogado de Garzón planteó al tribunal antes de la declaración de su defendido, la más novedosa e inesperada fue, sin duda alguna, la petición a la la Sala Segunda del Supremo de que estableciese en sentencia que la Sala Especial del 61 se constituyese como tribunal de apelación contra la resolución que se dicte. Una manera de curarse en salud ante una posible condena que el letrado justificó en que la condición de aforado del acusado «le va a impedir el derecho» a la segunda instancia, al que, según el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la ONU, hizo hincapié, tiene derecho todo ciudadano. Por ello, añadió, «este juicio no se puede celebrar sin esa garantía» y podría derivar en una futura «nulidad, con los perjuicios que ello conlleva».

Pero la Sala, tras deliberar durante casi una hora, no atendió los argumentos de Garzón. El hecho de que los aforados sean juzgados por el Supremo –recordó al acusado el presidente del tribunal, Joaquín Giménez– es «una previsión legal que no es renunciable». A pesar de reconocer que sobre la doble instancia penal en el Supremo existe un debate doctrinal abierto, cualquier modificación al respecto –recordó– correspondería acometerla al Parlamento.

Esa petición de la defensa de Garzón fue rechazada tanto por las acusaciones como por la propia Fiscalía. El representante del Ministerio Público señaló que no podía pedirse al tribunal que solicitara que la Sala del 61 se convierta en una sala de apelaciones.

Por su parte, Ignacio Peláez destacó que con la pretensión del abogado de Garzón lo que se buscaba era, simplemente, «un trato desigual al acusado», por lo que, incidió, «es absolutamente ilegal y no se le puede aplicar ese beneficio que pretende». José Antonio Choclán también criticó la iniciativa del letrado. «No puede utilizar el aforamiento para pedir privilegios», afirmó al respecto, para rechazar de plano que el hecho de que sea juzgado en única instancia por la Sala Penal del Tribunal suponga cualquier tipo de indefensión. La tercera de las acusaciones, ejercida por el abogado Pablo Rodríguez Mourullo, coincidió con sus compañeros y rechazó la pretensión de la defensa.

 

Las recusaciones
- El juez Garzón consiguió apartar a cinco de los siete miembros del tribunal e intentó sin éxito apartar también del juicio al magistrado Luciano Varela, que le investigó por los crímenes del franquismo. El Tribunal Supremo rechazó de plano hace sólo unos días la pretensión del magistrado.
-El Consitucional frenó la pretensión de Garzón de recusar a Manuel Marchena por instruir el caso de sus cobros en Nueva York.