Marzo/Mujer por Paloma Pedrero

Marzo es un buen mes para recordar que la doble jornada de la mujer comienza ya a mediados del siglo XIX. Es el sufragismo, cuyo objetivo será el derecho al voto, a la educación y el empleo, ligado a la Revolución Industrial, lo que hace que las féminas empiecen a trabajar fuera y dentro de casa. Al principio la labor es una extensión del papel maternal: maestras, enfermeras… Después, poco a poco, ellas van desarrollándose en otros territorios hasta llegar al presente. Un presente boyante por la capacidad que han demostrado las mujeres para ejercer prácticamente todas las profesiones y que, sin embargo, sigue siendo penoso en cuanto a reconocimiento y justicia social.
Es necesario recordar que hoy en día en nuestro país, por ejemplo, muchas empresas pagan un porcentaje significativamente menor a las trabajadoras que a los trabajadores por la misma faena. Tenemos que recordar también que hoy, aquí, las mujeres, añadiendo el trabajo del hogar, suman una media de dos horas más al día que los varones en darle al tajo. No parece muy democrático, ¿verdad? Ser demócrata es luchar por que la mitad de la población tenga los mismos derechos y obligaciones que la otra mitad. Y no digo que seamos iguales, que no lo somos. Al contrario, creo que hemos de ser muy conscientes de nuestras diferencias a la hora de compartir responsabilidades. Pero lo que ya no se puede consentir es semejante falta de calidad moral en las llamadas democracias. Y vosotros, queridos hombres, tenéis que ayudarnos a quitar las trabas de este viaje hacia la justicia. Un mundo en equilibrio será bueno para todos. Sólo así podremos creer en vuestro amor. Lo demás son palabras.