Sevilla
Una de números por Lucas HAURIE
La demoscopia es una ciencia (¿?) agradecidísima que permite a casi todas las cobayas salir airosas del microscopio. Son tronantes las proyecciones del PP hacia las autonómicas de marzo, explícitas desde la noche electoral con esa pancarta preñada de mal gusto que colgaba del balcón de su sede en la calle San Fernando, pero el deseable cambio de partido gobernante en San Telmo no sobrevendrá como regüeldo tras la digestión pesada de ese tsunami azul que tienen los socialistas atravesado en el estómago. En la provincia de Sevilla, la que más parlamentarios envía a las Cinco Llagas, este PSOE de la peor hora conserva tres puntos de ventaja; que son poco con respecto a los diecisiete de 2008 pero que confirman la resistencia inexpugnable de un bastión de cuya capital, no se olvide, se ha enseñoreado el enemigo. Y en el resultado de la ciudad conviene detenerse porque es cierto que han ganado con holgura los populares (44,27% contra 36,35%) pero su diferencia se ha recortado a menos de la mitad en el medio año transcurrido desde las municipales. O sea, que mucho desencantado por Monteseirín ha vuelto a las urnas (un 9% más) y también que Zoido se desgasta a toda velocidad (un 5% menos). Hay partido, ahora sí.
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