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Guardiola: El fútbol antes que la amistad
Se enfrenta a su amigo Lillo, que puede ser destituido / Piqué no estará ante el Madrid si ve una amarilla
«Mi gratitud hacia Lillo es infinita», reconoce Pep Guardiola, un alumno aventajado del técnico del Almería, con el que coincidió en México en el Dorados en su última etapa como jugador. «Ha sido vital en mi formación», añadió. Pero su gran amigo será su enemigo esta noche durante una hora y media que puede ser decisiva para el entrenador vasco. Los rumores sobre su destitución circulan desde hace varias semanas. «El tiro ya me lo dieron», dijo ayer, irónico, Lillo, como si ya estuviera sentenciado. Guardiola y su Barça y Messi, que ha marcado en los últimos ocho partidos que ha jugado, incluido el amistoso ante Brasil con su selección, pueden darle la puntilla.
Lillo y Guardiola hablan el mismo idioma futbolístico, entienden este deporte de forma parecida, lo que puede ayudar a que se contrarresten. Pero hay una diferencia enorme entre las plantillas, entre un club grande y otro modesto, que desequilibra la balanza. «No les puedes jugar como tú quieras, sino como te dejen», analiza Lillo. «El Almería es un equipo muy ordenado. No ha recibido más de dos goles en un partido», contesta Guardiola.
Los papeles se invierten, en cierto sentido, respecto a la pasada temporada. Hace unos meses, Lillo estaba feliz en el Almería y el Barça llegaba con prisas al duelo, acosado por el Madrid: empataron a dos, el equipo azulgrana terminó con diez jugadores, perdió el liderato y Guardiola acabó expulsado. Fue un choque de alta tensión. La amistad quedó a un lado, como hoy. «Lillo me ha ayudado mucho a entender el fútbol, pero, claro, yo mañana [por hoy] también quiero ganar», insistía el técnico del equipo azulgrana.
«No creo que afronte el choque pensando en su destitución», continúa Guardiola. Lillo tiene su explicación particular: «No me contrataron por mi capacidad y no me van a echar por mi incapacidad. En el fútbol se firman resultados, no capacidades, y esos nadie los puede asegurar». Crusat no podrá ayudar a que su técnico conserve el puesto. Sólo tiene 18 jugadores disponibles. El problema de Guardiola es la defensa: Abidal está lesionado y si Piqué ve una amarilla no podrá jugar el clásico. «Mañana decidiremos si juega». El canterano Fontás podría tener una oportunidad.
«Parece que el mundo se acabe en el clásico»
«No me preguntéis, sé la decepción, creedme, no me preguntéis por el Madrid», aseguró Guardiola ayer. ¿Y por el cruce de declaraciones entre Mourinho y Preciado y la petición de Antiviolencia?: «Todo está muy sensible por la situación que se está viviendo, lo mejor es que esté en silencio». «Cada clásico parece el último, es el partido del siglo. Parece que el mundo se va a acabar, es así, es bueno que se hable tanto, pero antes tenemos al Almería y al Panathinaikos», insistió.
Almería: Diego Alves; Carlos García, Santi Acasiete, Marcelo Silva; Michel, M'Bami, Bernardello, Juanma Ortiz; Corona; Piatti y Leo Ulloa.
Barcelona: Valdés; Alves, Puyol, Piqué o Fontás, Maxwell, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro, Messi y Villa.
Árbitro: Rubinos Pérez (c. madrileño).
Estadio: Juegos del Mediterráneo.
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