Formación tecnológica a distancia

La formación tecnológica y, en general, la formación continua es una exigencia cada vez mayor para quien quiera incorporarse al mundo laboral o para aquellos que ya son profesionales. Desarrollar contenidos a la altura de las necesidades de las empresas y buscar el método más sencillo para el aprendizaje es el objetivo del nuevo Centro de Excelencia para la Integración y Desarrollo de Contenidos Multimedia (Ceidecom) que están poniendo en marcha Indra y la Fundación E-cotec/21, en la villa de Bembibre (León). Con un presupuesto inicial de más de cuatro millones de euros, pretende generar empleo a partir de septiembre a medio centenar de personas, entre diseñadores gráficos, de contenido o programadores informáticos. Contenidos inicialesActualmente el personal se encuentra en formación y está empezando a desarrollar los primeros contenidos que saldrán al mercado sobre prevención de riesgos y seguridad. Se espera en un futuro poder desarrollar simuladores virtuales tanto para el aprendizaje de maquinaria o tecnología como de situaciones reales. De esa manera y a través de una plataforma a elección del cliente, internet o formato DVD, TDT, tendrá lugar la formación a distancia. A estos formatos se unirá un portal o Centro de Atención al Usuario donde las empresas puedan plantear sus dudas, problemas e, incluso, consultar en tiempo real cómo va el desarrollo de los contenidos que encargue.

La herramienta tecnológica que se utiliza en este centro, llamada Gcom, permite un ahorro de hasta el 50 por ciento «Es una herramienta que reduce el tiempo de producción», detalla José Luis Checa, gerente de la Ute-Ceidecom. Lo que hace posible este ahorro es una inmesa base de datos que sujeta todo el sistema de desarrollo de contenidos, de manera que a cada proyecto se le asigna un carpeta que contiene los esquemas, las especificaciones técnicas y de diseño y los plazos de entrega para cada parte tanto por parte de Ceidecom como de la empresa-cliente o intermediarios. De esta forma, cuando se produce una espera porque un material no ha llegado, se reasigna al diseñador a otra labor de otro proyecto.

Es decir, los tiempos muertos desaparecen. Por otro lado, las modificaciones que se quieran introducir, se pueden automatizar, «por ejemplo, en una formación para mecánicos de aviones y en las 10.000 animaciones de la cabina de pilotos hay que cambiar un reloj o un panel, el programa permite saber dónde está cada animación que hay que cambiar, la estimación de tiempo y se puede desarrollar un programa que automáticamente lo cambie solo», explica Checa.